Hoy, la ciudad de San Luis Potosí se viste de tradición y color con el inicio de Xantolo San Luis 2025, una celebración que convierte las calles del centro histórico en un escenario donde la memoria, la danza y la gastronomía se entrelazan. La Secretaría de Cultura del Estado, con el respaldo del Gobernador Ricardo Gallardo Cardona, impulsa esta manifestación cultural que rinde homenaje al Día de Muertos y a la riqueza huasteca de la región.

Durante tres días, el visitante será testigo de un mosaico de expresiones ancestrales: comparsas que deslumbran con su vestimenta, música que resuena entre plazas y callejones, y la presencia de Matlapa y Coxcatlán, municipios que traen consigo saberes de generaciones. Cocineras y médicos tradicionales compartirán sus conocimientos, recordándonos que la cultura popular es también un depósito vivo de historia y ciencia comunitaria.

Plaza de Fundadores se convierte en el epicentro de esta fiesta, donde de las diez de la mañana a las seis de la tarde los aromas de la cocina tradicional y la energía de las comparsas invitan a perderse entre los colores y los rituales de la Huasteca. La jornada de comida, entre las dos y las seis de la tarde, se propone como un viaje sensorial que nos acerca a los sabores que han definido a la región durante siglos.

No se trata solo de ver y degustar; es un encuentro con el patrimonio que nos habla de la relación íntima entre las comunidades y sus raíces. Cada danza, cada plato, cada remedio tradicional es un testimonio de la creatividad y la resiliencia de un pueblo que ha sabido mantener vivas sus costumbres frente al paso del tiempo y la modernidad.

El Xantolo, más que un festejo, es un diálogo entre generaciones, donde niños, jóvenes y adultos participan en un ritual de memoria y celebración. La presencia de comparsas que recorren plazas y calles invita a los espectadores a sumergirse en un patrimonio que, aunque tangible en color y movimiento, también se percibe en el aire que respira la ciudad.

Esta edición 2025 de Xantolo reafirma que San Luis Potosí no solo guarda monumentos y edificios coloniales; también conserva una tradición que late con fuerza en sus plazas y calles, recordando a locales y visitantes que el patrimonio cultural no solo se observa, se vive, se baila y se comparte.