La reciente inauguración de la Vía Alterna Sur por parte del gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha puesto en movimiento una nueva etapa para la Zona Industrial y sus alrededores. La obra, que conecta las prolongaciones Juárez y Salk con el eje 122, no solo promete aliviar el tránsito de la saturada carretera 57, sino que también enciende expectativas en el sector inmobiliario de la capital potosina.
Olga Espitia Lanuza, presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) en San Luis Potosí, celebró el impacto de esta infraestructura en el desarrollo habitacional. Según explicó, se trata de un sector con fraccionamientos bien planeados y con calidad en sus conceptos de vivienda, pero que hasta ahora había estado limitado por la falta de conectividad vial.
El nuevo acceso abre la puerta para que esta zona se convierta en un polo integral de vida urbana, con espacio para el establecimiento de escuelas, centros de salud y comercios. La movilidad, en este caso, se traduce en oportunidad: la conexión permitirá que estos servicios se integren de manera orgánica, desencadenando una dinámica de crecimiento sostenido.
Un detalle curioso que acompaña a la Vía Alterna Sur es la forma en que reconfigura la percepción de la ciudad. Antes, esta franja del territorio se percibía lejana, casi aislada del resto del tejido urbano; hoy, con la obra en marcha, empieza a consolidarse como una extensión natural de la mancha metropolitana, con el atractivo adicional de contar con viviendas más accesibles y espacios aún por desarrollar.
El proyecto también fue diseñado con una visión de futuro. El gobierno estatal ha anunciado planes de ampliación hasta el eje 140, lo que reforzaría la conectividad hacia la Zona Industrial y daría un nuevo impulso al desarrollo inmobiliario y económico del sur de la ciudad. En cifras oficiales, la obra busca reducir en más del 30% el tráfico de la carretera 57, una de las arterias más transitadas del país.
Lo cierto es que, más allá de los números, la Vía Alterna Sur simboliza la apertura de una puerta largamente esperada: la de un desarrollo urbano más equilibrado, donde la vivienda, los servicios y la movilidad se encuentren en un mismo espacio. Para la AMPI y sus agremiados, se trata del inicio de una nueva historia para el sur de San Luis Potosí.









