Un espacio para nutrir derechos: CEDH inaugura sala de lactancia en SLP

En un acto que conjuga el respeto a la maternidad, la equidad de género y los derechos humanos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí inauguró su remodelada Sala de Lactancia. Se trata de un espacio destinado no solo a madres trabajadoras, sino también a usuarias del organismo, donde podrán amamantar o extraer leche con privacidad, higiene y dignidad. En tiempos donde hablar de cuidados sigue siendo un pendiente estructural, este gesto institucional trasciende lo simbólico.

La presidenta del organismo, Giovanna Itzel Argüelles Moreno, señaló que la lactancia no es solo un tema de salud, sino un derecho humano vinculado directamente con el trabajo digno, la no discriminación y el bienestar infantil. La creación de este espacio busca reducir las barreras cotidianas que enfrentan muchas mujeres, al tiempo que promueve condiciones laborales más humanas y entornos inclusivos. “No se trata de un lujo, sino de una obligación ética y legal”, puntualizó.

La importancia de las salas de lactancia radica en su capacidad de empoderar a las mujeres en sus espacios de trabajo. Garantizan que no tengan que elegir entre su desarrollo profesional y la crianza temprana, combaten prejuicios culturales que invisibilizan los cuidados y refuerzan el mensaje de que criar es también una responsabilidad colectiva. Espacios así permiten que las mujeres ejerzan su maternidad sin ser excluidas, discriminadas o relegadas.

Esta remodelación fue impulsada por la Dirección de Equidad y No Discriminación, bajo la coordinación de la Lic. Ana Lilia Torres Pérez, y representa una de las muchas acciones afirmativas que la Comisión ha adoptado para cumplir con los estándares nacionales e internacionales de igualdad. En el evento estuvieron presentes representantes del Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, de la Secretaría de Salud y de la Secretaría de las Mujeres, en clara señal de colaboración interinstitucional.

Al inaugurar esta sala, la CEDH no solo habilita un sitio físico: abre un espacio de posibilidades para que más instituciones hagan lo propio. Porque garantizar el derecho a la lactancia es también garantizar el derecho a existir en un sistema menos hostil para las madres, para la niñez y para quienes cuidan. Y ese, en cualquier escenario, es un acto de justicia.

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