La conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos encontró este año un pulso renovado en el Palacio Legislativo de San Lázaro, donde convergieron voces, experiencias y miradas diversas para replantear el rumbo de la agenda nacional en la materia. En este escenario, la participación de la Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí, Mtra. Giovanna Itzel Argüelles Moreno, no solo sumó presencia institucional: introdujo una visión local con resonancia nacional, recordando que los derechos se ejercen en territorios concretos y con realidades distintas.

El Foro Conmemorativo “Diálogo por los Derechos Humanos, Congreso, Organismos Estatales y Sociedad Civil hacia una agenda en común” reunió a quienes diseñan, defienden y vigilan la garantía de los derechos humanos en México. Desde diputadas y diputados federales como Leonor Noyola Cervantes, Olga Sánchez Cordero y Lizbeth Domínguez Serna, hasta la Senadora Reyna Celeste Ascencio Ortega, la pluralidad legislativa se encontró con la fuerza civil de organizaciones y con la mirada internacional del Sr. Humberto Henderson, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el país.

La jornada tuvo un tono simultáneo de celebración y alerta. Por un lado, se reconocieron los avances: mecanismos de protección, reformas orientadas a la inclusión, políticas emergentes con enfoque de derechos. Por el otro, se subrayó una verdad incómoda: ninguna victoria es definitiva cuando la desigualdad, la violencia y la discriminación encuentran nuevas formas de expresión. Esta tensión —entre lo logrado y lo pendiente— se convirtió en la brújula del diálogo.

Una idea se repitió como eje: las políticas públicas deben construirse desde un enfoque profundamente humano y, sobre todo, contextual. No basta con diseñar lineamientos desde el centro del país; cada entidad tiene historias, vulnerabilidades y demandas específicas. Por ello, el foro insistió en articular una visión federal que respete la diversidad social de México.

En este marco, la Ombudsperson potosina reafirmó el compromiso de la CEDH San Luis Potosí con la dignidad humana como principio rector. Reconoció que ningún organismo puede avanzar de manera aislada: la sociedad civil, con su capacidad de señalar, acompañar y transformar, es un pilar indispensable para construir una cultura de paz. Su mensaje subrayó que la defensa de los derechos humanos no es un discurso; es una tarea cotidiana que exige voluntad política, cooperación y sensibilidad social.

Un momento notable fue el intercambio sobre la corresponsabilidad institucional. La antítesis quedó sobre la mesa: mientras algunos contextos demandan urgencia, otros exigen paciencia estratégica; mientras ciertos territorios impulsan medidas innovadoras, otros luchan aún por garantizar lo básico. Sin embargo, todos compartieron un punto de partida: la convicción de que la dignidad no admite posposiciones.

Entre los datos curiosos que surgieron en la conversación destacó que México es hoy uno de los países con mayor número de organismos públicos de derechos humanos locales en América Latina, un entramado institucional que, pese a su amplitud, enfrenta el desafío de trabajar de forma verdaderamente articulada. También se recordó que el 10 de diciembre no solo es una efeméride: es el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento que, a 76 años de su aprobación, sigue funcionando como un espejo incómodo y una guía imprescindible.

El foro concluyó con una lectura clara: la agenda nacional en derechos humanos no puede estancarse. En un entorno donde la tecnología transforma derechos digitales, donde nuevas formas de violencia emergen y donde la brecha social insiste en abrirse, el país requiere instituciones sensibles, coordinadas y firmes. Y, desde San Luis Potosí, la CEDH se posicionó como un actor activo en ese empeño común.