La explanada del Teatro “Doroteo Arango” se convirtió en un pequeño símbolo de lo que una comunidad puede lograr cuando decide mirar de frente a quienes durante años quedaron a la orilla. Fue durante la Segunda Feria de Inclusión Laboral para Personas con Discapacidad, un encuentro que reunió a decenas de buscadoras y buscadores de empleo con veinte empresas dispuestas a ofrecer más de doscientas vacantes. No fue un evento aislado, sino una pieza más en el esfuerzo sostenido del Ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez por derribar las barreras que históricamente han limitado el acceso a oportunidades dignas.
La jornada concentró a compañías de distintos sectores que han decidido asumir la inclusión no como discurso, sino como práctica. Allí estuvieron empresas como Cummins, Mabe, Corporativo Elite Móvil, Grupo Euro, Grupo Walmart, Farmacias del Ahorro y otras que, junto a los módulos del DIF Municipal, Vinculación Laboral y el Centro de Justicia para las Mujeres, guiaron a las y los asistentes a opciones laborales diversas: desde operarios de producción hasta asesoría en ventas, monitoristas, jardinería y servicios de limpieza. En pocas horas, el espacio se transformó en un mapa vivo de posibilidades.
Durante la ceremonia, el Secretario General del Ayuntamiento, Benjamín Pérez Álvarez, recordó que esta iniciativa responde a la encomienda del alcalde Juan Manuel Navarro Muñiz: abrir camino donde antes había puertas cerradas. Su mensaje evocó una idea sencilla, pero poderosa: que un gobierno cercano no se define por discursos, sino por la constancia de sus actos. Así, reafirmó que la administración municipal trabaja para que jóvenes, mujeres y personas con discapacidad encuentren alternativas que correspondan a su realidad y a sus aspiraciones.
En el mismo tono, la supervisora de producción de Cummins, Paulina Ruiz, compartió una reflexión que atravesó la jornada como un hilo fino pero luminoso. Habló de la fortaleza que nace de la diversidad, de la disciplina cotidiana que cada persona aporta y de cómo, al adaptar procesos y confiar en las capacidades individuales, una planta de trabajo puede transformarse desde su raíz. Su testimonio, lejos de lo protocolario, ofreció una mirada íntima a los cambios que ocurren cuando se abre un espacio para todas las voces.
Un momento especial fue la entrega de un reconocimiento por parte de la asociación Juntos AC al Ayuntamiento de Soledad, un gesto que confirmó que la inclusión no es sólo intención política, sino una labor que requiere acompañamiento y voluntad comunitaria. Ese reconocimiento simbolizó también el esfuerzo acumulado en talleres, ferias y programas que buscan que el empleo deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho ejercido plenamente.
Aquel día, la explanada no sólo albergó una feria; reunió la promesa de un municipio que busca mirarse a sí mismo con más justicia y más empatía. La administración municipal reiteró que estas acciones continuarán, con la convicción de construir una Soledad donde cada persona encuentre, sin importar su circunstancia, un camino accesible hacia una vida laboral más plena.









