El pasado 20 de noviembre 2025, en la Cineteca Alameda se proyectó el segundo largometraje de la directora Sofía Gómez Córdova, una cinta que desconcierta desde el primer momento: inicia con la intensidad casi claustrofóbica pero sumamente desconcertante de Climax, de Gaspar Noé, y culmina con una reconfortante sensación de renovación a pesar de las pasadas circunstancias trágicas.
La trama nos sumerge en planos muy cerrados de Carmen (Ludwika Paleta) y juega con la distancia emocional y física respecto a su hijo, Jorge (Nicholas Haza). Ambos comparten una relación madre–hijo en la vida real, un elemento que, según palabras de la directora, facilitó el desarrollo del largometraje, incluso en escenas donde la improvisación formó parte de la interacción entre los personajes.
Originaria de Aguascalientes, Sofía Gómez Córdova se mudó a Guadalajara en 2003 para estudiar cine. En 2013 se estrenó la primera película que coescribió, “Somos Mari Pepa”; por esas mismas fechas comenzó el trabajo de su ópera prima “Los años azules”, rodada en 2015 y estrenada en festivales en 2017.
Para Sofía, colocarse en el lugar de espectadora no siempre es sencillo; sin embargo, cuando logra asumir esa distancia, disfruta profundamente su propia obra. Tal vez por ello, en una trama tan densa, no resulte extraño que no se decante por una escena favorita.
En 2025 presenta ahora su segunda película como directora, la cual fue producida por Brujazul, Calouma Films y Disruptiva Films, con el apoyo de EFICINE, FOCINE–IMCINE, Filma en Jalisco (COFIEJ) y ASUR, además de ser distribuida por Mandarina Cine.
Formó parte de la Competencia Oficial de Ficción Iberoamericana en el Festival de Punta del Este (Uruguay) y se presentó en eventos como el Film LGBT2SQUEER de Montréal (Canadá), Mix México 2024 y el Galway Film Fleadh (Irlanda). Su estreno nacional ocurrió en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2024, donde participó en las secciones Premio Mezcal, Premio Maguey y Hecho en Jalisco.
La película encierra elementos interesantes. Para la directora, entender que ya no podremos conocer más de una persona que ha fallecido es uno de los motivos fundamentales de la creación de este filme. La composición musical, los encuadres que no sueltan a Carmen y que poco a poco se alejan nos enseñan que ha aceptado su nueva vida recuperando quien era antes. La trama encierra muchas incógnitas y preguntas que quedan abiertas y justamente son eso que, como espectadores debemos afrontar también, no sin antes atravesar los mismos días y emociones que Carmen.
Con incontables escenas icónicas, la más poderosa, a nuestro parecer ha sido cuando Carmen decide crear música, aceptando su pasado y su nueva vida sin Jorge.
Una película que te hace sentir lo que es estar en shock ante el fallecimiento de un familiar y te lleva ante esa incertidumbre de no saber qué hacer, como seguir ni qué sentir.









