Sembrar futuro en casa: el arte potosino de cultivar autonomía

En el corazón verde del Parque Tangamanga I, entre caminos de sol y olor a tierra húmeda, el Centro de Capacitación y Autoproducción Alimentaria (Cecapa) se ha convertido en un refugio para quienes desean volver al origen: cultivar con sus propias manos aquello que alimenta el cuerpo y el alma. Bajo la dirección del Sistema Estatal DIF, este espacio invita al público potosino a participar en sus cursos de cultivo sustentable, donde cada semilla plantada representa un acto de independencia y esperanza.

El propósito del Cecapa trasciende lo práctico. No se trata solo de enseñar a sembrar jitomates o hierbas de olor, sino de recuperar un saber que las ciudades habían relegado al olvido: el arte de entender la tierra. La iniciativa busca fortalecer la autonomía alimentaria y promover hábitos saludables que devuelvan a las familias potosinas el poder de decidir qué consumen, cómo lo producen y por qué vale la pena hacerlo.

El impulso del DIF Estatal, respaldado por la visión del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, da forma a un proyecto que conjuga modernidad y tradición. Aquí, la educación ambiental no es un concepto abstracto, sino una práctica diaria que siembra conciencia y cosecha compromiso. En cada curso, la sustentabilidad se enseña no con discursos, sino con tierra entre los dedos y paciencia en la mirada.

Los talleres del Cecapa cubren todas las etapas del proceso: desde la preparación de la tierra y la creación de abonos naturales, hasta el control ecológico de plagas y la producción de alimentos sanos. Todo se realiza bajo la guía de especialistas que acompañan a los participantes paso a paso, mostrando que un pequeño huerto puede transformar una casa en un laboratorio de vida.

Y porque el aprendizaje no termina en el aula, el centro ofrece macetas y semillas de hortalizas a la venta, para que cada quien continúe su historia verde en su propio hogar. Es una invitación abierta a quienes desean que el acto de comer vuelva a tener sentido, a quienes ven en una planta más que un ornamento: una forma de libertad.

En tiempos donde lo inmediato parece dominarlo todo, el Cecapa nos recuerda que hay valores que germinan despacio: la paciencia, el cuidado y el amor por la tierra. Sembrar, después de todo, siempre ha sido una forma de creer en el futuro.

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