La historia del conocimiento no avanza a saltos, sino a partir de semillas sembradas con paciencia. En San Luis Potosí, el Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología ha asumido esa tarea silenciosa y esencial: despertar vocaciones científicas para que la curiosidad se transforme en proyecto de vida. A través del respaldo a encuentros académicos y formativos, la ciencia deja de ser un concepto distante y se vuelve una posibilidad concreta para las nuevas generaciones.
Bajo esta lógica se desarrolló el encuentro “Fortalecimiento de Vocaciones Científicas en Estudiantes: Clave para el Futuro”, una experiencia que acercó a jóvenes de distintos niveles educativos al quehacer científico desde la práctica y la reflexión. La investigadora de la UASLP, Aracely Díaz Oviedo, destacó la relevancia de estos espacios donde la ciencia se explica sin solemnidad y se comparte como una herramienta para comprender el mundo y transformarlo.
El valor del encuentro no radicó únicamente en la transmisión de conocimientos, sino en el diálogo entre estudiantes y quienes ya transitan el camino de la investigación. Escuchar historias reales, conocer procesos y reconocer que la ciencia también está hecha de dudas, intentos y persistencia, permite que la vocación nazca sin miedo y se consolide con sentido crítico y social.
Estas acciones forman parte de una política más amplia impulsada por el Gobierno del Estado, bajo la instrucción del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, para fortalecer el ecosistema científico y tecnológico. El respaldo institucional a la comunidad académica y a las instituciones educativas busca ampliar horizontes, generar oportunidades y preparar a San Luis Potosí para un futuro donde el conocimiento sea motor de desarrollo.
En tiempos donde la innovación define el rumbo de las sociedades, apostar por la ciencia es una decisión histórica. Cada estudiante que se acerca a la investigación representa una posibilidad abierta, una mente que cuestiona y una visión que se proyecta más allá del presente. Así, San Luis Potosí construye un futuro donde la ciencia no es privilegio de unos cuantos, sino patrimonio colectivo.
