San Luis Potosí fue el epicentro del deporte adaptado del 15 al 20 de septiembre, al recibir a selecciones de México, Brasil, Estados Unidos, Chile y Perú en la tercera edición de la Copa Internacional Azteca de Fútbol 5 para Ciegos. Un torneo que combina alto rendimiento con preparación de cara a los próximos Juegos ParaPanamericanos, y que demuestra cómo el deporte puede ser un motor de inclusión y transformación social.

El banderazo de inicio marcó el inicio de jornadas llenas de intensidad y emoción, con partidos que desafiaron los límites físicos y celebraron el espíritu competitivo de los atletas con discapacidad visual. Más allá de los goles y las estrategias, el torneo se convirtió en un espacio de encuentro y solidaridad, donde la pasión por el futbol se mezcla con la admiración por la valentía de quienes juegan.

El presidente municipal, Enrique Galindo Ceballos, destacó la relevancia de este evento: “Es un esfuerzo enorme, admirable. El futbol adaptado manda una señal de que es posible competir y disfrutar del deporte en esas condiciones físicas, y lo que podamos apoyar desde el municipio, vamos a estar ahí, junto al DIF”. Sus palabras reflejan el compromiso de la ciudad con la inclusión y la accesibilidad universal.

Gracias a acciones como esta, #SanLuisAmable se consolida como un ejemplo de ciudad que impulsa la participación de todas las personas, sin importar sus capacidades. Los espacios deportivos y el Centro Histórico se convirtieron en escenarios de convivencia, aprendizaje y admiración por la destreza y disciplina de los equipos.

Curiosamente, este torneo no solo permite que los jugadores compitan, sino que también descubran la riqueza cultural y patrimonial de la ciudad. Los equipos visitantes tuvieron la oportunidad de recorrer y conocer el Centro Histórico, sumando experiencias que trascienden la cancha y fortalecen el vínculo entre culturas.

En cada pase, cada gol y cada aplauso se percibe que el fútbol para ciegos es mucho más que un deporte: es un símbolo de resiliencia, inclusión y capacidad humana para superar límites. San Luis Potosí lo demostró con creces, recordándonos que la verdadera victoria reside en el esfuerzo colectivo y en la oportunidad de competir juntos.