San Luis Potosí fortalece su red de áreas protegidas con visión ecológica y comunitaria

Entre los valles y montañas de Rioverde, donde el verde aún resiste al polvo del progreso, la Reserva Estatal La Loma acaba de recibir una nueva brújula para su futuro. La Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam), en conjunto con el Colegio de San Luis (Colsan), entregó el Plan de Manejo de esta Área Natural Protegida (ANP), un documento que no solo orientará su conservación, sino que eleva a 60 por ciento el total de ANP estatales que ya cuentan con esta herramienta estratégica.

Este logro no surge de un escritorio aislado ni de una voluntad política fugaz. Es el resultado de más de cinco años de trabajo paciente y colectivo entre científicos, autoridades y, sobre todo, habitantes del ejido La Loma. Lo que aquí se celebra no es únicamente un protocolo técnico, sino el acto profundamente humano de trazar un futuro sustentable en alianza con la tierra y quienes la habitan. Con el respaldo del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, esta acción se suma a una agenda ambiental que busca trascender discursos para convertirse en política viva.

El Plan de Manejo es más que un manual: es la piedra angular de una estrategia que articula protección, restauración ecológica y aprovechamiento responsable de los recursos naturales. En él se establecen normas, usos permitidos, zonas de conservación y actividades productivas compatibles con la biodiversidad. Su objetivo es doble y delicado: garantizar la permanencia de especies clave —muchas de ellas endémicas y amenazadas— y asegurar, al mismo tiempo, el bienestar de las comunidades que dependen de los servicios ambientales que ofrece esta reserva.

La Loma, como tantas otras ANP en San Luis Potosí, es un nodo de vida. Su territorio alberga flora y fauna que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta. Cada hoja, cada escama, cada nido en sus rincones representa un hilo en la gran red de equilibrio ecológico. Al protegerla, el estado no solo cuida un paisaje, sino también un legado biológico milenario que hoy cobra renovada vigencia.

La participación de Colsan fue clave, no solo como asesor académico, sino como puente entre el conocimiento científico y los saberes comunitarios. Esta colaboración interinstitucional ha demostrado que la gestión ambiental más eficaz es la que se construye de abajo hacia arriba, integrando voces, experiencias y afectos. Porque proteger un bosque también es un acto de memoria y pertenencia.

¿Sabías que muchas de las reservas naturales en San Luis Potosí funcionan como “esponjas verdes” que capturan agua de lluvia y recargan los mantos freáticos? La Loma no es la excepción. Su preservación ayuda a mantener el equilibrio hídrico de la región, una función crítica en tiempos donde el estrés hídrico ya se deja sentir con fuerza en varias partes del país. La biodiversidad aquí no es solo belleza: es vida sustentable.

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