Desde las empedradas rutas de Ronse, en Flandes, hasta el corazón del deporte paralímpico mundial, tres mexicanas inician una travesía que va mucho más allá del podio. Del 28 al 31 de agosto, el Campeonato Mundial de Para Ciclismo Ruta 2025 reunirá a la élite de esta disciplina, y México estará representado por un tridente femenino decidido a dejar huella en la historia del deporte adaptado. Esta competencia, además, marca el inicio oficial del ciclo rumbo a Los Ángeles 2028, una ruta de resistencia, constancia y ambición.
La selección está compuesta por atletas que no solo pedalean, sino que abren camino: Dulce María González Guerrero, pionera absoluta al ser la primera mexicana en participar en para ciclismo en Juegos Paralímpicos, regresa tras su histórica actuación en París 2024. Junto a ella, viajan Gilda Andrea Hernández Ramírez, reciente medallista de bronce en la Copa Mundial de Italia, y María Jimena Navarro Vázquez, otra promesa firme del deporte adaptado mexicano. Cada una compite en una clase distinta (T1, C2 y C4), representando la diversidad y riqueza del talento nacional.
Estas ciclistas no viajan solas: las acompaña un equipo multidisciplinario que incluye preparadores físicos, técnicos y especialistas en salud deportiva, respaldadas por la CONADE, conscientes de que los logros individuales son también resultados colectivos. Bélgica será su campo de batalla, pero el verdadero objetivo está más allá de la línea de meta: sumar puntos, sí, pero sobre todo, seguir abriendo puertas para más mujeres mexicanas en el deporte paralímpico.
Un dato que no debe perderse de vista: Dulce González no solo fue la primera mexicana en competir en para ciclismo paralímpico, también lo hizo en una categoría (T1) históricamente dominada por Europa. Su participación en París 2024 abrió un capítulo inédito para el deporte adaptado nacional. Hoy, ese legado no se detiene: se multiplica.









