Comer cinco veces al día no es una moda ni una ocurrencia de las redes sociales; es una de las recomendaciones más sostenidas por especialistas en nutrición para mantener el equilibrio metabólico y mejorar el rendimiento físico y mental. Lejos de fomentar el exceso, esta estrategia busca repartir adecuadamente los nutrientes a lo largo de la jornada y evitar los altibajos energéticos que llegan con ayunos prolongados o comidas copiosas.
Según nutriólogos como la Dra. Mónica Hurtado, especialista en nutrición clínica, el objetivo principal de comer cinco veces al día es mantener niveles estables de glucosa en la sangre, lo que impacta directamente en la concentración, el estado de ánimo y la prevención de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2. “Se trata de porciones controladas, no de comer más, sino de comer mejor y más distribuido”, afirma.
La recomendación consiste en realizar tres comidas principales (desayuno, comida y cena) acompañadas de dos colaciones ligeras, una entre desayuno y comida, y otra entre comida y cena. Estas colaciones pueden incluir una pieza de fruta, un puñado de nueces, yogur bajo en grasa o una barra de cereal natural. La clave está en que cada comida sea equilibrada en macronutrientes: proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables.
Esta estrategia no es para todos por igual. Las personas con ciertas condiciones de salud, como hipoglucemia o resistencia a la insulina, pueden beneficiarse más del fraccionamiento de la alimentación. En cambio, quienes padecen trastornos digestivos deben adaptar este modelo según sus necesidades y bajo supervisión médica.
Más allá de los beneficios físicos, también hay un impacto emocional. Comer varias veces al día, bien planeado, ayuda a reducir la ansiedad alimentaria, mejora la relación con la comida y promueve hábitos más conscientes. Porque comer bien no solo es nutrirse: es también escucharse y cuidarse a lo largo del día.









