Más allá de la salud física, nuestro corazón también siente y sufre. La expresión “tener el corazón roto” no es solo poética: la ruptura de una relación, la pérdida de un empleo o la exclusión social provocan un dolor real, muchas veces ubicado en el músculo cardíaco, según estudios recientes.
Investigadores de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) analizaron cómo combinar el paracetamol con la práctica del perdón puede aliviar este dolor emocional. Durante un experimento de tres semanas, los participantes que recibieron un gramo diario de paracetamol y cultivaron un alto nivel de perdón redujeron su dolor social en un 18.5 %.
George Slavich, director del Laboratorio de Evaluación e Investigación del Estrés de UCLA, explica que el dolor físico y el social comparten procesos biológicos similares en cerebro y cuerpo. Por ello, el acetaminofén, tradicionalmente usado para dolencias físicas, también podría disminuir la intensidad del sufrimiento emocional derivado del rechazo o la exclusión.
El perdón, por su parte, disminuye los sentimientos de ira y estrés tras experiencias dolorosas. Cuando se combina con el efecto analgésico del paracetamol, ambos actúan sinérgicamente, amortiguando la sensación de dolor social y emocional, ofreciendo un respiro tangible ante situaciones de desilusión o pérdida.
Slavich advierte que no se debe subestimar este dolor: los eventos de rechazo social son de los predictores más sólidos de depresión en adolescentes y adultos. Además, afectan la función cognitiva, aumentan la agresividad y pueden llevar a conductas autodestructivas, desde la procrastinación hasta la toma de riesgos innecesarios.
La investigación sugiere que el dolor físico asociado al rechazo podría tener un sentido evolutivo: alertarnos sobre la pérdida de relaciones importantes, motivándonos a reparar lazos o crear nuevas conexiones para asegurar nuestro bienestar social y supervivencia. En otras palabras, un corazón roto duele, pero con perdón y paracetamol, la ciencia nos da una pequeña esperanza para sanarlo.









