El anuncio anual del Premio Nacional de Deportes volvió a iluminar el panorama deportivo del país, y lo hizo con una fuerza particular: la de una generación que no sólo compite, sino que interpreta el deporte como un acto de creación colectiva. Entre las figuras reconocidas este 2025 destaca Andrea Maya Becerra Arízaga, arquera de precisión admirable y mirada serena, honrada en la categoría de deporte no profesional por una trayectoria que ya se siente histórica.
Becerra Arízaga, especialista en arco compuesto, ha tejido sus logros a partir de una mezcla rara de disciplina y estilo. En cada competencia internacional no sólo defiende una marca, sino una forma de entender el tiro con arco como un arte. Su presencia en la lista no sorprende: es el resultado natural de un año marcado por victorias que ampliaron los horizontes de esta disciplina para México.
Junto a ella se abre un mosaico que refleja la diversidad del talento deportivo nacional. Ciclismo, atletismo, clavados y disciplinas paralímpicas convergen en la lista de galardonados, recordándonos que el movimiento deportivo del país es amplio, complejo y profundamente humano. Entre los nombres destaca Isaac del Toro Romero, quien desde el ciclismo ha impulsado nuevas ambiciones para futuras generaciones.
El reconocimiento también alcanza a entrenadores y jueces, esas figuras que rara vez buscan los reflectores, pero sin las cuales las hazañas deportivas no tendrían suelo firme. Su inclusión subraya una verdad evidente: el deporte es una obra coral, un tejido de voluntades donde cada rol sostiene al otro.
Con este anuncio, México no sólo celebra a sus atletas, sino la promesa de un futuro en constante ascenso. Los premios no marcan una meta final, sino un capítulo dentro de una historia que cada año se vuelve más rica, más compleja, más luminosa. En cada nombre premiado late la certeza de que el país sigue encontrando, en el deporte, una de sus narrativas más poderosas.
