La bandera mexicana ondea con orgullo en Santiago de Chile. En los Juegos Parapanamericanos Juveniles 2025, la delegación nacional ha alcanzado el tercer lugar del medallero general, un logro que va más allá de las cifras: es el reflejo de una generación que transforma la disciplina en inspiración. Con ocho oros, cuatro platas y cuatro bronces hasta la tercera jornada, México reafirma su posición como una potencia del deporte adaptado en el continente.

El Estadio Mario Recordón fue testigo de la grandeza del para atletismo mexicano. Siete oros nacieron de esa pista, impulsados por la fuerza y la precisión de jóvenes que corren y lanzan con el corazón por delante. Sigi Sergio Cruz brilló en impulso de bala F41; Juan Pablo Ponce dominó el disco F56; Abraham Ortiz y Eddie Santiago conquistaron los 800 metros en T12 y T20, respectivamente. Zagia América Camacho voló en los 100 metros T11; Guillermo Lozano lo hizo en T37; y Daniel Bátiz alcanzó el oro en salto de longitud T38. A su lado, Regina Cervera y Dayana del Ángel completaron el podio con una plata y un bronce que también cuentan historias de lucha.

El eco del arco mexicano resonó en tierras chilenas con la misma fuerza. Saraí Aparicio se colgó el oro en recurvo individual, demostrando precisión y temple. Lya Sánchez se llevó la plata en compuesto abierto, mientras que el dúo Aparicio–Illescas conquistó el bronce por equipos, cerrando una jornada dorada para el para tiro con arco nacional.

No menos inspirador fue el desempeño del para tenis de mesa. América Aguilar y Juan Guzmán conquistaron el bronce en dobles TT7-10, tejiendo un juego de reflejos y estrategia. Aguilar, incansable, también alcanzó la plata en individual TT4-5, mientras que Martín Gómez añadió un bronce en TT2-5 en días previos, confirmando que la garra mexicana no conoce fronteras ni categorías.

Más allá de los resultados, los Parapanamericanos Juveniles son una celebración del esfuerzo y la igualdad. En cada lanzamiento, en cada salto y en cada carrera, se escucha una misma voz: la de una juventud que no compite por medallas, sino por el derecho de mostrarse invencible. México, con su tercer lugar, no solo suma preseas; reafirma su compromiso con el deporte adaptado, la inclusión y el futuro.

En Chile, los atletas mexicanos no solo ganan. Inspiran. Y con cada paso, cada flecha y cada golpe, le recuerdan al mundo que el espíritu deportivo también puede ser una forma de esperanza.