Durante más de dos siglos, la caricatura reinó como la reina madre del comentario mordaz. Con trazos exagerados y plumas afiladas, los caricaturistas satirizaron emperadores, presidentes, guerras y ridiculeces sociales con una mezcla de arte y atrevimiento. Pero algo pasó en el camino: apareció el meme. Ese artefacto digital de humor exprés que, como un hijo rebelde, no pidió permiso y se sentó en el trono de la cultura visual contemporánea.
La caricatura editorial, antaño columna vertebral de los periódicos, fue lentamente arrinconada a las páginas interiores o simplemente eliminada. Mientras tanto, el meme —más rápido que un dibujante con insomnio— se propagaba por las redes sociales a velocidad de clic, mutando con una versatilidad que dejaría perplejo hasta al mismísimo Quino. ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Fue una evolución natural o un asesinato con premeditación y likes?
Hay una diferencia clave: la caricatura necesita tiempo, técnica y reflexión; el meme, en cambio, puede surgir en cinco minutos con una plantilla de internet y una ocurrencia bien dirigida. La caricatura te invita a pensar; el meme, a reaccionar. Una apunta al intelecto; el otro, al algoritmo. Y en la sociedad del scroll infinito, el meme lleva ventaja.
Pero no todo está perdido para la vieja guardia. Algunos caricaturistas se han adaptado al nuevo entorno digital, convirtiendo sus obras en viñetas breves, animadas o interactivas. Otros han optado por colaborar con influencers o medios digitales para no desaparecer del todo. Irónicamente, algunos memes retoman el estilo visual y el espíritu crítico de las caricaturas, como si el hijo desobediente reconociera en secreto la sabiduría del padre.
Un dato curioso: si bien los memes parecen un invento de esta década, su lógica visual tiene raíces en formas más antiguas de sátira visual como los grabados políticos del siglo XVIII o incluso los jeroglíficos egipcios, que también combinaban imágenes y texto para narrar y criticar. Como diría Umberto Eco, no hay nada más moderno que lo arcaico bien reciclado.