La UASLP abre de nuevo sus puertas: el diálogo vence al silencio

Tras semanas de pausa, las puertas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí vuelven a abrirse, y con ellas el rumor de los pasillos, el eco de las aulas, la vida que solo un campus universitario sabe recrear. Este lunes 3 de noviembre, la UASLP reanudó sus actividades académicas y administrativas en todas sus facultades y campus, luego de un paro estudiantil que se convirtió, más que en una pausa, en un ejercicio de reflexión colectiva sobre la convivencia, la seguridad y el respeto.

El regreso no fue improvisado. Fue fruto de conversaciones largas, de acuerdos sostenidos con la paciencia de quien construye sobre el disenso. Autoridades y estudiantes encontraron un punto de encuentro en algo esencial: la necesidad de garantizar espacios seguros, fortalecer las políticas institucionales y continuar con el compromiso firme de erradicar la violencia de género. En una época donde la indiferencia suele ser la norma, la UASLP eligió el camino del diálogo.

Así, la Facultad de Ciencias; las entidades del Campus Oriente —Ciencias de la Información, Ciencias Sociales y Humanidades, y Psicología—, junto con la Facultad de Derecho “Ponciano Arriaga Leija”, retomaron clases en un ambiente de serenidad y compromiso. No fue solo una vuelta a la rutina: fue una afirmación de comunidad, un regreso consciente donde cada proyecto, asesoría y evaluación adquiere el valor de lo recuperado.

En las aulas se respira una mezcla de alivio y determinación. Los docentes y el personal administrativo han redoblado esfuerzos para que el semestre avance sin mayores afectaciones. En cada pizarrón se escribe, sin que nadie lo diga en voz alta, una lección distinta: la universidad es un espacio vivo, y su fuerza no proviene solo del conocimiento, sino de su capacidad para transformar el conflicto en aprendizaje.

La institución, por su parte, ha reiterado su compromiso con una educación integral, donde la razón y la empatía dialogan al mismo nivel. “La construcción colectiva de acuerdos” —una frase que podría parecer burocrática— cobra aquí un sentido humano y político: es la promesa de que la universidad seguirá siendo un territorio de pensamiento crítico, de respeto y de transformación.

Con esta reanudación, la UASLP no solo retoma su calendario académico; recupera su pulso, su esencia, su voz. Porque una universidad no se mide por los días de clase que imparte, sino por la manera en que enfrenta sus crisis: con inteligencia, con escucha y, sobre todo, con la convicción de que el conocimiento también se aprende en los actos de reconciliación.

Compartir post:

RECIENTES