La paridad que quiere dejar de ser promesa

La discusión sobre la paridad de género dejó de ser un gesto simbólico para convertirse en una conversación de fondo sobre el poder y su distribución. En San Luis Potosí, la iniciativa del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana abre una puerta largamente postergada: la posibilidad real de que una mujer encabece el gobierno estatal. No es un guiño coyuntural ni una jugada partidista, sino una propuesta que busca saldar una deuda histórica con la representación femenina.

Así lo señaló el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, al subrayar que la iniciativa no tiene dedicatoria ni beneficiario oculto. Su planteamiento parte de una premisa sencilla pero contundente: en todos los partidos políticos de la entidad existen mujeres con capacidad, trayectoria y liderazgo suficientes para asumir la gubernatura. El debate, dijo, no debería centrarse en colores o siglas, sino en la madurez democrática de permitir que el talento femenino ocupe el espacio que durante décadas le fue negado.

Gallardo consideró que ha llegado el momento de pasar de la paridad declarativa a la paridad auténtica. Durante años, la igualdad de género ha sido invocada en discursos y documentos, pero pocas veces se ha traducido en decisiones que alteren las estructuras del poder. Una mujer al frente del Ejecutivo estatal, afirmó, significaría romper con inercias y demostrar que la equidad no es una simulación, sino una convicción institucional.

El gobernador fue claro al señalar que la iniciativa no favorece a un partido en particular. Incluso reconoció que dentro del Partido Verde Ecologista de México existen varias mujeres con el perfil necesario para desempeñar el cargo, al igual que en otras fuerzas políticas. Este reconocimiento amplio busca desplazar la narrativa de la competencia partidaria y colocar el foco en la capacidad, la preparación y la legitimidad social de las posibles aspirantes.

La paridad, entendida así, deja de ser una consigna y se transforma en una oportunidad histórica. No se trata solo de elegir a una mujer, sino de redefinir el ejercicio del poder en clave de igualdad. San Luis Potosí se encuentra ante la posibilidad de escribir una nueva página política, una donde el género deje de ser barrera y se convierta en reflejo de una democracia más justa y verdaderamente representativa

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