Jóvenes del CCH Sur crean plancha que ahorra 90% de energía

En un mundo donde la eficiencia energética parece un mito reservado para grandes corporaciones, un grupo de jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur ha decidido demostrar que la innovación puede nacer en los pasillos de la educación media superior. Mariana Fernández, Víctor Fernando Olivar y Alex Rodrigo Romero, guiados por la mirada experta de sus profesores, diseñaron una plancha para ropa de cama que, con una humildad digna de gigante, ahorra hasta un 90% de energía. No es magia, sino física aplicada con ingenio.

El invento, que parece salido de un laboratorio futurista, tiene la forma de un rodillo dentro de un semicírculo, concentrando el calor para que no se disperse como un secreto mal guardado. Una idea que no solo ganó el XXXI Concurso Universitario Feria de las Ciencias, sino que también suscitó la admiración de Jorge Vázquez Ramos, quien recordó que el mejor regalo para un maestro es ver a sus alumnos caminar firmes por la ruta tecnológica, descubriendo caminos que quizá ni ellos mismos imaginaban.

La plancha no solo es un dispositivo: es un puente entre el conocimiento teórico y la vida cotidiana, ideal para sábanas y ropa de hospitales, donde el detalle y la eficiencia se vuelven salvavidas anónimos. Aunque todavía sin punta para zonas complejas como botones y cuellos, ya es un claro ejemplo de cómo la juventud puede retar al statu quo y demostrar que el cambio no siempre viene en forma de máquinas gigantes o presupuestos millonarios.

Un dato curioso es que casi la mitad de los premios de la Feria fueron para el CCH Sur, un pequeño gigante que parece tener en sus aulas una fábrica de ideas. Además, no solo aprendieron física, sino que abrazaron la responsabilidad ambiental, un gesto tan necesario como un oasis en medio de la vorágine energética que vivimos. ¿Quién hubiera pensado que una plancha podría ser el símbolo de una conciencia renovada?

Este proyecto no solo es un avance tecnológico; es un testimonio del compromiso de una generación que no teme ensuciarse las manos para hacer la vida más limpia, más eficiente, más humana. Como bien dijo Salvador Enrique Morales Herrera, están sembrando semillas que en un futuro cercano cosecharán una tecnología madura y transformadora, esa que mueve mundos sin hacer ruido.

Fuente. Gaceta UNAM
Compartir post:

RECIENTES