IPN revoluciona la meteorología con inteligencia artificial para prever lo imprevisible

En un mundo cada vez más azotado por fenómenos climáticos impredecibles, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha decidido apostar por la vanguardia tecnológica y académica con la creación de su Ingeniería en Meteorología, que incorpora la inteligencia artificial (IA) como herramienta fundamental para anticipar desastres naturales. Esta innovación no solo marca un hito en la formación científica nacional, sino que también responde a una necesidad apremiante: entender y prever el comportamiento de la atmósfera en tiempos de cambio climático acelerado.

Leodegario Sansón Reyes, coordinador del programa en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Ticomán, ofrece una perspectiva que va más allá del aula: los futuros meteorólogos del IPN no solo aprenderán matemáticas y física, sino que también manejarán algoritmos y modelos computacionales capaces de procesar grandes volúmenes de datos satelitales y de radar. Esta fusión entre ciencia clásica y tecnología de punta busca reducir el tiempo que tarda un pronóstico, permitiendo emitir alertas tempranas con una precisión y rapidez inéditas para la protección civil.

El plan de estudios, concebido para desarrollarse en ocho semestres, se estructura como un viaje desde las bases fundamentales hasta la especialización en inteligencia artificial aplicada. Los estudiantes no solo recibirán formación teórica, sino que tendrán la oportunidad de colaborar directamente con el Servicio Meteorológico Nacional en prácticas profesionales, donde pondrán a prueba sus habilidades en escenarios reales. Esta interacción con organismos oficiales fortalece la relación entre el conocimiento académico y la aplicación práctica, una alianza que se traduce en beneficios tangibles para la sociedad.

Esta iniciativa educativa no surge en el vacío, sino en un contexto palpable de fenómenos meteorológicos extremos que han impactado recientemente el territorio nacional. Ejemplos como las intensas lluvias en el centro del país o el huracán Erick, que subió rápidamente de categoría afectando Oaxaca y Guerrero, evidencian la urgencia de contar con sistemas predictivos más robustos. El IPN, en colaboración con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional, se posiciona como un pionero mexicano en esta tarea, impulsando una nueva generación de expertos que puedan anticipar lo imprevisible y mitigar daños.

Un dato curioso para los aficionados al tiempo y la ciencia: el uso de inteligencia artificial en meteorología no solo acelera los cálculos tradicionales, sino que también permite descubrir patrones ocultos en los datos que antes pasaban inadvertidos. Por ejemplo, el análisis conjunto de imágenes satelitales y datos de radar, cruzado con modelos de aprendizaje automático, puede identificar la evolución temprana de tormentas severas o la probabilidad de olas de calor o frío prolongadas. Así, la IA no solo predice, sino que también contribuye a entender mejor el complejo sistema climático que nos rodea.

Con este programa, el IPN no solo responde a los desafíos actuales, sino que ofrece un faro de esperanza tecnológica y humana. Se perfila como un referente nacional en capacitación climática, al integrar un modelo educativo que aúna rigor técnico, innovación y compromiso social. Es un recordatorio de que el conocimiento y la tecnología, cuando se aplican con visión y responsabilidad, pueden convertirse en herramientas poderosas para proteger vidas y construir un futuro más resiliente.

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