En un país donde la distancia ha sido por décadas un obstáculo entre los servicios médicos y las comunidades más apartadas, una nueva alianza busca tender un puente invisible, pero poderoso: la conectividad. El IMSS Bienestar y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) firmaron un convenio histórico para llevar internet gratuito a clínicas y centros de salud en todo México, un proyecto que promete transformar la atención médica desde sus cimientos.
El programa, llamado “Internet en cada Clínica”, tiene como meta enlazar 3 mil 180 unidades médicas en 1 179 municipios de 24 estados, llevando conectividad a territorios donde la tecnología aún parecía un lujo distante. Más que un avance técnico, se trata de un acto de justicia digital: acercar el conocimiento, la información y la atención médica a quienes más lo necesitan.
Durante la firma, Emilia Calleja Alor, directora general de la CFE, destacó que esta iniciativa “representa un paso más en el compromiso por democratizar el acceso a internet”, y subrayó que la empresa pública no solo suministra energía eléctrica, sino que hoy también ilumina el país con redes de comunicación que impulsan el desarrollo social. En sus palabras resonó una idea luminosa: la electricidad que antes encendía focos, ahora enciende oportunidades.
Por su parte, Alejandro Svarch Pérez, director general del IMSS Bienestar, definió la conectividad como “un nuevo determinante sanitario”. Y no exagera. En una era donde los diagnósticos pueden cruzar kilómetros en segundos, la red se convierte en una herramienta de vida. Gracias a ella, médicos rurales podrán acceder a sistemas de telemedicina, consultas especializadas y diagnósticos remotos, reduciendo brechas que durante décadas marcaron la desigualdad sanitaria.
El secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, celebró el convenio como un paso firme hacia la modernización del sistema público de salud. Su visión apunta a un modelo híbrido, donde la infraestructura tradicional conviva con herramientas digitales que fortalezcan la prevención, la atención y la educación médica en todo el territorio nacional.
Con este acuerdo, México comienza a dibujar un nuevo mapa de salud pública, uno donde la tecnología no sustituye al médico, sino que lo acompaña; donde el internet no es un lujo urbano, sino un derecho compartido. En cada clínica que se conecte, habrá algo más que señal: habrá esperanza, progreso y un futuro que, por fin, llega a todos.









