La comunidad abraza a Guz Guevara: el activista potosino necesita de nuestra solidaridad

Guz Guevara enfrenta hoy un momento crítico de salud tras un accidente que expuso la falta de accesibilidad en las ciudades.


Guz Guevara, cuyo nombre completo es Gustavo Eduardo Martínez Guevara, ha sido durante años una figura clave en el activismo social potosino y nacional. Su trabajo ha estado marcado por la defensa de los derechos humanos, la diversidad, el medio ambiente y la visibilidad de la comunidad LGBTIQ+. Ha participado en foros, marchas y debates, siempre del lado de la justicia y la inclusión. Hoy, tras un accidente que lo mantiene en una situación crítica, es él quien necesita ser apoyado.

El domingo 27 de julio, Guz sufrió una grave caída en las calles de la Ciudad de México debido a la falta de infraestructura accesible para personas que se movilizan en silla de ruedas. Vive con osteogénesis imperfecta, también conocida como “huesos de cristal”, una condición que hace que cualquier golpe o fractura represente un alto riesgo para su vida y una recuperación mucho más larga y costosa que la de cualquier otra persona.

Actualmente, enfrenta fracturas severas en el brazo, la pierna y, lo más preocupante, fracturas craneales que han agravado su estado de salud. A pesar de la urgencia de atención médica especializada, el sistema de salud pública no está preparado para atender condiciones como la suya, y las aseguradoras privadas excluyen a personas con su perfil. Esto ha colocado a Guz y a su familia en una situación de alta vulnerabilidad económica y emocional.

Quienes lo conocen, ya sea por su trabajo como conductor del programa 80 millones en Canal Once, por su participación como Tecnandito en la segunda temporada de Ojitos de Huevo, o por su presencia en conferencias y paneles a lo largo del país, saben que Guz nunca ha dejado de alzar la voz por quienes más lo necesitan. Ahora, es momento de devolverle esa entrega y compromiso. Las donaciones ayudarán a cubrir cirugías, estudios médicos especializados, medicamentos, atención de especialistas, equipo médico para el hogar y cuidados personales 24/7 durante su proceso de recuperación.

Guz ha dicho con firmeza: “Tengo aún mucho que trabajar, quiero seguir abriendo espacios dignos para mí y para las personas con discapacidad en este mundo capacitista”. Su historia es un recordatorio de que la lucha por la inclusión no solo es urgente, sino necesaria, y que apoyar a Guz es también defender una sociedad más justa para todos.

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