En un giro que podría marcar un antes y un después en la historia de la seguridad pública potosina, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona firmó una ambiciosa iniciativa de reforma que será enviada al Congreso del Estado. Se trata de una propuesta sin precedentes que busca garantizar, por primera vez, un retiro digno para los policías municipales de los 59 ayuntamientos. El proyecto no solo reconoce su labor, sino que la traduce en justicia concreta: pensiones, capacitación permanente y mejores condiciones laborales.
Durante décadas, los policías municipales han sido los centinelas más cercanos a la comunidad, pero también los más olvidados por las estructuras institucionales. Esta iniciativa plantea una reforma profunda que modificará tres pilares jurídicos: la Constitución local, la Ley Orgánica del Municipio Libre y la Ley del Sistema de Seguridad Pública del Estado. El objetivo es permitirles jubilarse por años de servicio o edad, algo que hasta hoy era un anhelo sin respaldo legal.
La reforma no llega sola ni aislada. Es parte de una estrategia más amplia para profesionalizar a las corporaciones policiacas y dignificar su labor. En palabras del propio gobernador, la intención es que cada elemento se sienta respaldado en su presente, pero también protegido en su porvenir. Mejorar salarios, ofrecer seguridad social y consolidar la capacitación como un derecho y no como un lujo, son ejes clave de esta propuesta.
En paralelo, el gobierno estatal ya ha implementado medidas para los elementos de nivel estatal: el fortalecimiento del sistema de pensiones, y el apoyo con un millón de pesos y una vivienda a las familias de los agentes caídos en el cumplimiento de su deber. No se trata de promesas, sino de hechos que se alinean con una visión clara: ningún servidor público de la seguridad debe quedar desamparado.
Como dato curioso, San Luis Potosí podría convertirse en una de las primeras entidades del país en garantizar, por ley, pensiones específicas para sus policías municipales. La falta de un sistema de retiro ha sido, por décadas, una de las principales causas de deserción, informalidad laboral e incluso corrupción dentro de las corporaciones. Profesionalizar con dignidad es, también, una estrategia de seguridad pública de fondo.









