Cada fin de año, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí abre un puente entre tradición y comunidad, y lo hace a través de su Unibazar, que en 2025 alcanza treinta y cinco ediciones. No se trata solo de un espacio para comprar; es un gesto cultural que condensa memorias, afectos y una forma de entender la vida universitaria. La sede vuelve a ser el Centro Cultural Universitario Bicentenario, que del 29 de noviembre al 6 de diciembre recibirá a miles de visitantes en un horario amplio y con entrada libre.
Las integrantes del Comité de Damas Voluntarias, Verónica Camacho González y Monserrat Gutiérrez de Po, han reiterado la invitación a estudiantes, trabajadores y familias potosinas a sumarse a este recorrido festivo que conecta a la ciudad con su universidad. El Unibazar no solo convoca por la variedad de productos, sino por el ambiente humano que se construye entre pasillos llenos de texturas, aromas y pequeñas historias que cada expositor trae consigo.
Una parte esencial de este encuentro es su propósito original. Nació para apoyar a los trabajadores universitarios y permitirles adelantar sus compras navideñas mediante facilidades de pago que continuarán disponibles para marzo de 2026. En ese sentido, el Unibazar funciona como un territorio donde la institución se piensa a sí misma como una comunidad amplia y solidaria, una que procura bienestar sin intereses añadidos.
Quienes asistan podrán explorar más de cien stands con propuestas que van desde muebles y ropa deportiva hasta joyería, velas aromáticas, óptica, tejidos y artículos de decoración. A esto se suman las aportaciones de diversas entidades universitarias, como las Facultades del Hábitat y Psicología, que presentan productos elaborados en sus centros de extensión. Unimanía, la Unitienda, la Librería Universitaria y Unicactus completan un mosaico que combina diseño, conocimiento y creatividad local.
En medio de esta atmósfera aparece uno de los corazones del evento, el stand del Comité de Damas Voluntarias, preparado con meses de dedicación. Allí se empacan obsequios, se organizan dulces artesanales y se recibe mercancía de proveedores locales. La edición también incluye el ya esperado buzón de Santa Claus, rifas diarias, presentaciones artísticas y la alegría contagiosa de zanqueros y batucadas que anuncian la temporada decembrina. Así, el Unibazar vuelve a encender el ánimo comunitario mientras reafirma su lugar como una de las tradiciones más queridas de la UASLP.









