El último conteo: cuando John Cena dejó el ring en silencio

Hay despedidas que no necesitan palabras, solo un conteo final y una arena de pie. En Washington D.C., bajo las luces del Capital One Arena, John Cena cerró su historia como luchador profesional al caer ante Gunther en Saturday Night’s Main Event. Así terminó una carrera que se extendió por más de dos décadas y que ayudó a definir una era completa de la WWE, donde el espectáculo y la disciplina se confundían con el mito.

El combate formó parte de la gira de despedida The Last Time Is Now, un título que sonaba menos a consigna y más a testamento. Frente a él estuvo Gunther, campeón intercontinental y heredero de una lucha más áspera, metódica y dominante. Desde el inicio, el llamado “General del Ring” marcó el ritmo con castigos constantes, como si quisiera recordarle al pasado que el tiempo no concede treguas.

Pero Cena, forjado en regresos imposibles y noches épicas, encontró fuerzas en la ovación del público. Hubo un instante en el que el reloj pareció detenerse cuando conectó el Ajuste de Actitud, ese movimiento que durante años fue sinónimo de victoria. La arena explotó en euforia, consciente de que estaba presenciando los últimos destellos de un ritual aprendido y amado.

La historia, sin embargo, eligió un cierre distinto. La superioridad física de Gunther se impuso y el combate concluyó con Cena rindiéndose por sumisión. No hubo trampa ni artificio, solo la aceptación serena de que incluso los íconos deben escuchar al cuerpo y al tiempo. Fue una derrota limpia, casi ceremonial, que selló su retiro como luchador activo.

Tras la campana final, el ring se convirtió en altar. El público ofreció una ovación larga, sincera, mientras varias superestrellas subían para rendir homenaje. Cena permaneció unos minutos más, miró a la gente, agradeció sin exageraciones y se despidió. Así cerró un capítulo esencial de la WWE: no con estridencia, sino con la dignidad de quien supo cuándo decir adiós.

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