El desafío virtual del ingreso: UNAM e IPN rompen moldes con examen a distancia

La historia de la educación en México está marcada por transiciones que reflejan la complejidad de un país en constante cambio. Ahora, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) han escrito un nuevo capítulo al implementar por primera vez un examen de ingreso a Educación Media Superior completamente en línea. Entre el 13 y 15 de junio de 2025, más de 78 mil jóvenes participaron en esta inédita prueba, con una asistencia que alcanzó un sorprendente 99.43%, superando incluso a los exámenes presenciales de años anteriores.

Este salto tecnológico, sin embargo, no estuvo exento de desafíos. Aunque la mayoría mostró disciplina y compromiso, 47 aspirantes fueron suspendidos al ser detectados incurriendo en prácticas fraudulentas, principalmente mediante el uso indebido de teléfonos celulares o compartiendo respuestas en redes sociales. La supervisión, apoyada por sistemas de inteligencia artificial, representó una avanzada barrera contra la trampa, demostrando que el cuidado de la integridad académica puede adaptarse a la era digital sin perder eficacia.

A pesar de este éxito, la transición al formato digital también reveló brechas técnicas. Casi 450 aspirantes no lograron conectarse a tiempo o tuvieron dificultades para acceder a la plataforma, situación que las autoridades educativas tomaron con seriedad para garantizar que ningún estudiante quede excluido injustamente. Esta atención personalizada refleja un compromiso no solo con la modernización, sino con la equidad y la inclusión, recordándonos que detrás de cada cifra hay un joven con sueños y aspiraciones.

Más allá del número y las estadísticas, esta experiencia conjuga tecnología, pedagogía y humanidad. La directora de Gestión Estratégica y Primer Ingreso de la UNAM, Gloria Ibett González Parad, recordó la importancia de los requisitos técnicos, entre ellos contar con computadora con cámara y micrófono integrados, advirtiendo que dispositivos como celulares o sistemas Linux no están autorizados. Este detalle no es menor, pues señala cómo la educación se enfrenta al reto de la digitalización, donde el acceso a la tecnología puede convertirse en un privilegio o una barrera.

En un giro interesante, la adopción de esta modalidad virtual podría ser vista como un espejo del propio México: un país con grandes fortalezas, capaz de adaptarse y progresar, pero que también debe resolver desigualdades y retos de infraestructura. La invitación a buscar apoyo en redes cercanas para quienes carecen de dispositivos adecuados revela un panorama social complejo, donde la innovación tecnológica debe ir acompañada de políticas que amplíen la accesibilidad y fomenten la inclusión.

Curiosamente, este examen en línea no es solo un avance técnico, sino un episodio que dialoga con la historia de la educación nacional. Desde la tradicional escuela presencial hasta los primeros experimentos en plataformas digitales, hoy se abre una puerta hacia el futuro educativo que demanda flexibilidad, resiliencia y un compromiso profundo con la justicia social. Esta edición, que abarca dos fases y un total aproximado de 57 mil espacios, es una invitación a pensar en una educación que, aunque digital, debe seguir siendo profundamente humana.

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