En ocasiones, la energía creativa de una generación alcanza un punto en el que deja de ser promesa para convertirse en acontecimiento. Eso es lo que ocurrió con el Colegio de Bachilleres de San Luis Potosí en la ExpoCiencias Nacional 2025, donde la delegación potosina no solo destacó: marcó un antes y un después. Bajo una política educativa que impulsa visión de futuro y un Estado que apuesta por sus juventudes, el Cobach encontró el escenario perfecto para demostrar que el talento, cuando se acompaña, puede abrirse paso incluso en los terrenos más exigentes de la investigación científica.
Los proyectos presentados nacieron de la Muestra Académica de Transversalidad, un espacio que demuestra que la escuela puede ser algo más que aulas y horarios: puede ser un laboratorio de ideas donde las preguntas encuentran caminos inesperados. Cada propuesta llevó consigo la mezcla exacta de disciplina, curiosidad y colaboración, ingredientes que han definido siempre los grandes momentos de la historia de la ciencia. Así, las y los jóvenes del Cobach no solo compitieron: narraron con su trabajo una forma distinta de entender la educación como un acto creativo y transformador.
El resultado es una constelación de proyectos que cruzarán fronteras. El Plantel 15 de Ébano representará a México en Costa Rica; el Plantel 01 de Soledad llevará su innovación a Brasil; el Plantel 29 de Zaragoza competirá en Inglaterra. Tres rutas distintas que, sin embargo, comparten una misma brújula: demostrar que San Luis Potosí tiene juventudes capaces de dialogar con el mundo desde la ciencia y la imaginación. Estos logros, lejos de ser fortuitos, hablan de un sistema educativo que comienza a verse a sí mismo como parte de una conversación global.
Otros proyectos también brillaron por su pertinencia y su audacia, recordándonos que no todo triunfo se mide en acreditaciones internacionales. Hay éxitos silenciosos que ocurren en los pasillos, en las mesas de trabajo, en las madrugadas de ensayo. Éxitos que revelan un ecosistema académico en expansión, donde el entusiasmo estudiantil se encuentra con docentes que acompañan, orientan y abren puertas. Así crece una generación que entiende que la ciencia no es un privilegio: es una posibilidad al alcance de quien se atreve a imaginar.
En este panorama, el Cobach se convierte en algo más que un subsistema educativo: es un territorio fértil donde germina la innovación. La ExpoCiencias 2025 no fue solamente un certamen, sino la confirmación de que el impulso institucional, el talento colectivo y la ambición intelectual pueden coincidir y producir algo extraordinario. Allí, entre maquetas, algoritmos, prototipos y presentaciones, quedó en evidencia una verdad sencilla y luminosa: la juventud potosina ya está escribiendo su propia historia científica.








