Un reciente hallazgo científico ha revelado tres nuevas especies de pez caracol que habitan a más de 3,200 metros de profundidad, mostrando una vez más lo poco exploradas que están las zonas más remotas de nuestros océanos. El descubrimiento, documentado con videos impresionantes, permite observar de cerca criaturas con características únicas y resalta la biodiversidad extraordinaria que permanece oculta bajo la superficie.
Los peces caracol, pertenecientes a la familia Liparidae, poseen cuerpos gelatinosos adaptados a presiones extremas, temperaturas frías y oscuridad total. El equipo liderado por Mackenzie Gerringer, profesora de Biología en SUNY Geneseo, identificó al Careproctus yanceyi y al Paraliparis em, ambos de tonalidad oscura, y al Careproctus colliculi, de color rosado y con una estructura rugosa. Estas especies destacan no solo por su apariencia, sino también por sus capacidades sensoriales singulares, esenciales para sobrevivir en condiciones que desafían la vida.
A diferencia de los peces que dependen principalmente de la vista, los peces caracol perciben su entorno mediante la detección de vibraciones y “saboreando” el agua con los radios de sus aletas pectorales. Estos 22 radios les permiten moverse con destreza y realizar maniobras delicadas, lo que les confiere un control similar al ballet subacuático. Además, poseen sensibilidad a la bioluminiscencia, una habilidad que les ayuda a interactuar con otras especies y objetos en un ecosistema dominado por la oscuridad.
Un dato curioso: los peces caracol pueden nadar y orientarse en un entorno sin luz solar total gracias a sus radios, que funcionan tanto como propulsores como sensores. Este sistema sensorial altamente especializado los convierte en un ejemplo perfecto de cómo la vida puede adaptarse a los ecosistemas más extremos y poco conocidos del planeta, desafiando nuestra comprensión de la biología marina.
El descubrimiento de estas especies amplía nuestro conocimiento sobre la vida en los abismos oceánicos y abre la puerta a futuras investigaciones sobre adaptaciones extremas, comportamiento animal y conservación. Además, la documentación en video permite que el público y la comunidad científica puedan observar la increíble gracia y complejidad de estas criaturas, recordándonos que aún queda mucho por explorar en los misterios del océano.









