A veces una decisión aparentemente pequeña puede alterar el rumbo de toda una vida. Así ocurrió con Mauricio León Arce, egresado de la Licenciatura en Ciencias Ambientales y Salud de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien cambió la arquitectura por una carrera que entrelaza ciencia, comunidad y conciencia ambiental. Aquella elección lo llevó a explorar cómo el entorno y la salud se reflejan en la vida cotidiana, una inquietud que con el tiempo se transformó en vocación global.
Su historia comenzó con un cambio de plan. Originalmente interesado en el diseño bioclimático y el paisaje, León descubrió la nueva licenciatura gracias a una conversación con el entonces coordinador Amado Nieto, quien le habló de un proyecto académico capaz de unir la ecología con la salud pública. Esa visión interdisciplinaria lo llevó a involucrarse pronto en la investigación, colaborando con el reconocido académico Fernando Díaz Barriga en estudios sobre vivienda saludable, experiencia que cimentó su compromiso con la salud ambiental.
Esa formación integral lo condujo a explorar dimensiones más amplias de lo humano. Tras especializarse en Familias y Prevención de la Violencia, y cursar una maestría en Resolución de Conflictos, Paz y Desarrollo en la Universidad para la Paz de Costa Rica —una institución respaldada por la ONU—, León vivió una experiencia multicultural con alumnos de más de cincuenta países. Esa vivencia consolidó su idea de que la ciencia ambiental también puede ser un camino hacia la paz y la justicia social.
En 2019 su carrera tomó proyección internacional al ingresar como pasante en la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington, donde colaboró en proyectos sobre agua y sostenibilidad vinculados a la Agenda 2030. Aunque tuvo la oportunidad de permanecer en el extranjero, decidió volver a México para seguir aportando desde la academia. Poco después, fue invitado a continuar como consultor remoto del organismo durante la pandemia, experiencia que fortaleció su mirada global sobre los retos ambientales.
Hoy, León desarrolla una estancia postdoctoral en el CIACYT-UASLP, donde impulsa líneas de trabajo que cruzan los temas de género, infancia y medio ambiente. Entre sus proyectos destaca la creación de materiales educativos para comunidades indígenas y un libro infantil que aborda la igualdad y el respeto desde una perspectiva ambiental. Además, participa en un programa financiado sobre seguridad alimentaria y justicia de género, que busca traducir la investigación científica en herramientas útiles para la vida comunitaria.
La trayectoria de Mauricio León Arce demuestra que la educación puede ser una forma de siembra. Desde sus primeros pasos en los laboratorios de la UASLP hasta los foros internacionales, su historia encarna la fuerza de quienes transforman la conciencia ambiental en acción social, convencidos de que cuidar la tierra es, en esencia, cuidar la vida.
