La Secretaría de las Mujeres, en coordinación con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), presentó la cuarta edición del Premio Nacional a la Promoción de los Derechos de las Mujeres Indígenas: Martha Sánchez Néstor, un galardón que no solo reconoce trayectorias, sino que también abre un espacio de visibilidad para aquellas mujeres que han transformado sus comunidades con dignidad, valentía y memoria.
Este premio, enmarcado en el Año de la Mujer Indígena, es más que un homenaje: es un espejo de la historia que todavía se escribe en las asambleas comunitarias, en la defensa del territorio, en los cantos y rituales que resisten al olvido. Como lo ha subrayado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el papel de las mujeres en la humanidad es insustituible, y en el caso de los pueblos originarios, ellas han sido el corazón de las luchas por la emancipación y la justicia.
La convocatoria contempla doce ejes que atraviesan los derechos y las realidades contemporáneas: desde la defensa de la tierra y los derechos reproductivos, hasta la participación política y el bienestar de las niñas indígenas. Las mujeres seleccionadas —veinte en total— recibirán un reconocimiento y un estímulo económico de 50 mil pesos, aunque, en realidad, el mayor galardón será inscribir sus nombres en la memoria colectiva del país.
En un dato curioso que ilumina el trasfondo de esta edición, vale recordar que Martha Sánchez Néstor, lideresa amuzga de Guerrero, llevó la causa de las mujeres indígenas hasta los foros de la ONU en Nueva York y Ginebra. Fundadora de la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía, su voz resonó mucho más allá de México, convirtiéndose en símbolo de resistencia y dignidad. No es casualidad que hoy, su nombre dé vida a un premio que une pasado y presente en una misma causa.









