Los campos de agave de San Luis Potosí, donde el verde profundo de las pencas se mezcla con la historia del mezcal, surge una batalla silenciosa contra un enemigo diminuto pero devastador: el picudo del agave. Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UASLP, junto con especialistas del IPICYT, han desarrollado una emulsión y un hidrogel a base de hongos entomopatógenos capaces de generar una enfermedad letal para este insecto, protegiendo así las plantas que sostienen tanto tradición como economía local.
El proyecto reúne el talento del doctor Gerson Alonso Soto Peña y del ingeniero agroindustrial Joel Urrutia Regalado, junto con la doctora Daniela Joyce Trujillo Silva del IPICYT. Su enfoque combina biotecnología y materiales avanzados, ofreciendo un método innovador y ecológico para atacar la plaga sin afectar al entorno. La iniciativa se fortalece mediante la colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), que ha identificado la presencia del picudo en municipios como Mexquitic de Carmona, Villa de Reyes y Villa de Arriaga.
San Luis Potosí, quinto productor nacional de mezcal con unas 6 mil 500 hectáreas de agave sembradas, enfrenta un riesgo real si la plaga se expande. Por ello, los científicos han difundido información clave entre los productores, promoviendo el uso de hidrogeles y emulsiones como herramienta preventiva. Las pláticas impartidas por Urrutia, dentro del programa “Sembrando Vida”, buscan sensibilizar a los agricultores sobre la amenaza del insecto y enseñarles cómo emplear estos productos de manera efectiva y sostenible.
Datos curiosos: Los hongos entomopatógenos utilizados no solo atacan al picudo, sino que funcionan como reguladores naturales de la plaga, imitando procesos que ocurren en la naturaleza. Además, los hidrogeles actúan como trampas estratégicas que reducen la reproducción del insecto, permitiendo proteger tanto agaves jóvenes como plantas más viejas sin dañar el ecosistema circundante.
El desafío no termina con la aplicación inicial. Según Urrutia, la investigación continúa para perfeccionar los productos y su implementación en campo, incentivando a los productores a adoptar métodos de control biológico que protejan sus cultivos y el ambiente. Cada ensayo, cada prueba, es un paso hacia un futuro donde la tradición del mezcal y la innovación científica convergen para asegurar la sostenibilidad de los agaves potosinos.









