Así rueda el primer vehículo mexicano de hidrógeno

Hay momentos en que la historia se pone en marcha sin hacer ruido, impulsada no por gasolina ni por escándalo, sino por vapor de agua. Así ocurrió cuando el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, subió al asiento del primer automóvil mexicano de hidrógeno, desarrollado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN. En lugar de discursos grandilocuentes, hubo un gesto simple pero elocuente: un funcionario público probando un vehículo que no contamina, que no arde, que no envenena. Fue un símbolo poderoso, aunque disfrazado de anécdota.

Este auto no ruge; susurra. Funciona con celdas de combustible de hidrógeno, tecnología que combina hidrógeno y oxígeno para generar electricidad. Su único residuo es agua. El proyecto, liderado por el doctor Omar Solorza Feria —eminencia nacional en química e investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores—, es el resultado de años de trabajo y de una visión que trasciende modas tecnológicas. En un país asediado por problemas ambientales y una dependencia feroz del petróleo, este prototipo propone una ruta limpia, digna y nacional hacia el futuro.

Lo verdaderamente fascinante, más allá del automóvil mismo, es el contexto de su aparición: el vehículo fue presentado en el marco del lanzamiento del Premio IMPI a la Innovación Mexicana 2025, como declaración de principios y también como desafío. Porque no se trata solo de un experimento académico, sino de una promesa: México puede producir ciencia de frontera y aplicarla a su beneficio. Puede hacer historia desde su propia tierra, con sus propias manos.

Y ya que hablamos de historia, aquí va un dato que revela el alma del asunto: el hidrógeno, ese gas etéreo que mueve esta máquina, fue el primero que habitó el universo tras el Big Bang. Desde las estrellas hasta los motores, ha tardado más de trece mil millones de años en llegar a nuestras calles. Que lo haga en un vehículo diseñado en México no es poca cosa. Es, en cierto modo, poesía en movimiento.

Compartir post:

RECIENTES