Amor perruno desde el primer clic. El portal para adoptar lomitos en SLP

Bienestar Animal abre una puerta para el cuidado, la adopción y la ternura.

En un país donde millones de perros callejeros caminan como fantasmas invisibles entre banquetas rotas y avenidas ruidosas, una noticia luminosa brilla con una noble sencillez. San Luis Potosí ha inaugurado un nuevo micrositio de Bienestar Animal que, más allá de permitir el registro de mascotas y brindar consejos útiles, ha creado un espacio que es a la vez archivo, refugio digital y vitrina de esperanza: una sección dedicada exclusivamente a la adopción de animales.

No es un catálogo frío ni una lista utilitaria. Es una galería de almas en pausa. Ahí están Nuna, Zara, Goofy, Pachis, Astro… perros con nombres, con historias calladas, con miradas que parecen susurrar: “¿Serás tú?”. Hay pequeños y grandes, jóvenes y sabios, todos buscando eso que parece sencillo pero a menudo es esquivo: un hogar. No un techo, sino un sitio donde la espera se vuelva historia compartida y el abandono se transforme en costumbre de cariño.

La ironía es tan dulce como punzante: en la era de la hiperconectividad, donde adoptamos filtros antes que afectos, un portal oficial del gobierno nos recuerda que lo verdaderamente urgente es la empatía. Mientras algunos gastan fortunas en razas importadas como si fueran trofeos con pedigrí, miles de seres leales, humildes y descomplicadamente adorables estan esperando ser vistos. Es una antítesis tan cruda como el ladrido de un perro que nadie escucha.

Pero esta iniciativa va más allá del rescate emocional. También permite el registro formal de mascotas, promoviendo una cultura de cuidado responsable. Educar no sólo al ciudadano, sino al corazón, esa es la meta. Y hacerlo desde una herramienta gratuita, accesible y gubernamental, es un gesto que reconcilia lo digital con lo vital.

Como un hueso enterrado en la historia, el trato hacia los animales revela mucho sobre nuestras sociedades. La antigua Roma ofrecía funerales para perros con epitafios entrañables. En el México prehispánico, los xoloitzcuintles eran guías espirituales. ¿Y hoy? Hoy algunos los abandonan en la autopista. Pero también hoy, por fortuna, otros abren su puerta gracias a un clic, y esa pequeña decisión puede cambiar dos vidas: la del perro, y la del humano que adopta.

Dato curioso: estudios recientes muestran que los perros rescatados tienden a generar lazos emocionales más fuertes con sus adoptantes que muchos animales de criadero. Como si, al igual que los sobrevivientes de una tragedia, desarrollaran un apego distinto, casi poético. Tal vez sea la gratitud, o tal vez, como decía Rilke, que “el amor consiste en esto: que dos soledades se protejan, se toquen, se saluden”.

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