Cada final de año, México revive uno de sus rituales más luminosos: el regreso de miles de connacionales que, guiados por la nostalgia, cruzan caminos y fronteras para reencontrarse con su tierra. En ese flujo íntimo y multitudinario vuelve a desplegarse el operativo Héroes Paisanos 2025, una estrategia que del 28 de noviembre al 8 de enero de 2026 busca acompañar a quienes regresan al país, no solo con vigilancia, sino con una promesa de hospitalidad y respeto.
La iniciativa se presentó en una de las sesiones recientes de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz Social, encabezada por el Secretario General de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, y el titular de la SSPCE, Jesús Juárez Hernández. En ese espacio se subrayó la importancia de mirar a los migrantes no como una estadística de temporada, sino como parte viva del tejido familiar y cultural que sostiene al país.
El operativo reúne a personal de la Secretaría de Gobernación, el Instituto Nacional de Migración y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado, quienes instalarán módulos de atención en puntos estratégicos. Más que simples estaciones de información, estos espacios buscan ofrecer orientación, asistencia y la certeza de que, en el tránsito hacia sus municipios de origen, los paisanos no viajan solos. Su presencia se extenderá a las cuatro regiones del estado, allí donde cada diciembre las carreteras se llenan de acentos, maletas y abrazos pendientes.
El banderazo oficial se realizará en la pista de aeromodelismo del Parque Tangamanga I, símbolo de un arranque coordinado entre autoridades que pretenden garantizar seguridad, acompañamiento y una llegada sin sobresaltos. La temporada vacacional, con su mezcla de nostalgia y celebración, exige un operativo sensible a esas emociones que se entrecruzan en quienes vuelven después de meses o años lejos de casa.
Héroes Paisanos no es únicamente un programa logístico. Es, en el fondo, un gesto de reconocimiento hacia quienes sostienen desde lejos la memoria de su país. Un recordatorio de que volver siempre implica una mezcla de fragilidad y esperanza. Y que el Estado, al abrir estos caminos de apoyo, participa también en esa ceremonia anual de regreso y pertenencia.









