Iztapalapa busca su lugar en la memoria del mundo

La emblemática representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa dio un paso decisivo para convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Tras recibir 68 postulaciones de 78 países, la UNESCO la seleccionó como candidata finalista, destacando su arraigo comunitario y su papel como una de las celebraciones más significativas de la Semana Santa en México.

La decisión final se tomará durante la vigésima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que tendrá lugar del 8 al 13 de diciembre en Nueva Delhi. De ser aprobada, la tradición se integraría a la lista de prácticas vivas que salvaguardan la identidad de los pueblos.

La puesta en escena, que recorre los ocho barrios tradicionales de la alcaldía y espacios simbólicos como el Cerro de la Estrella, hunde sus raíces en 1833, cuando los vecinos prometieron honrar al Señor de la Cuevita tras una devastadora epidemia de cólera. Desde entonces, la comunidad ha sostenido la representación, que en 1843 adoptó su formato teatral inspirado en expresiones evangelizadoras.

Cada Semana Santa, más que una dramatización, la Pasión en Iztapalapa se convierte en un acto de cohesión social. Miles de habitantes participan para dar vida a los episodios bíblicos que van desde la entrada triunfal en Jerusalén hasta la Resurrección, reafirmando una tradición que hoy podría alcanzar reconocimiento mundial y consolidarse como uno de los patrimonios vivos más profundos de México.

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