A primera vista, el hielo parece un asunto simple, pero un equipo internacional de científicos logró desafiar lo conocido al crear una nueva fase llamada hielo XXI sin necesidad de enfriar el agua. El logro, obtenido en los laboratorios del European XFEL en Alemania, consistió en comprimir agua entre dos diamantes hasta alcanzar presiones de dos gigapascales, unas 20 mil veces superiores a la presión atmosférica. El hallazgo fue publicado en Nature Materials y revela una manera inédita de formar hielo: mediante presión extrema en lugar de bajas temperaturas.
El experimento utilizó una celda de yunque de diamante, un dispositivo capaz de generar presiones comparables a las del interior de planetas y lunas. El agua fue sometida a miles de pulsos de compresión de milisegundos alternados con breves descansos, lo que permitió que, aun a temperatura ambiente, las moléculas se organizaran temporalmente en una estructura cristalina desconocida hasta entonces: compacta, tetragonal y formada por bloques de 152 moléculas.
Para registrar estos cambios de microsegundos, el equipo recurrió al láser de rayos X del European XFEL, que funciona como una cámara ultrarrápida capaz de capturar transformaciones invisibles al ojo humano. Las imágenes revelaron que el hielo XXI es una fase metaestable que dura apenas unos instantes antes de convertirse en hielo VI, una forma exótica que se cree existe en el interior de lunas como Titán y Ganímedes.
Aunque fugaz, esta nueva fase podría ofrecer pistas sobre los procesos internos de mundos helados del sistema solar, donde la presión y la temperatura varían de manera extrema. Los científicos señalan que podrían existir más fases de hielo metaestables que aún no se han observado, lo que ayudaría a comprender mejor cómo se comporta el agua en condiciones fuera de la Tierra.









