En una mañana luminosa en Villas Tlalpan, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) celebró una ceremonia que marcará un antes y un después en la historia de las disciplinas aéreas. Por primera vez, la selección mexicana de pole sports y deportes aéreos recibió el lábaro patrio antes de emprender su viaje al Campeonato Mundial 2025, que se llevará a cabo del 13 al 16 de noviembre en San José, Costa Rica.

No fue solo un acto simbólico. Fue la afirmación de que el deporte, incluso en sus formas más artísticas, también es un territorio de rigor, fuerza y belleza. Guillermo Ramírez, subdirector de Deporte de la CONADE y representante del director general Rommel Pacheco, encabezó la ceremonia y recordó que estas disciplinas, muchas veces incomprendidas, han ganado un lugar legítimo en el panorama deportivo nacional. “Cada rutina es una historia de esfuerzo y superación”, expresó, con el tono solemne de quien entiende que detrás de cada atleta hay una vida entera suspendida en el aire.

El acto contó con la presencia de Jezabel Olmos, presidenta de la Federación Mexicana de Pole Sports, quien celebró el reconocimiento oficial como un paso decisivo hacia la consolidación del pole y las artes aéreas como deportes federados, formativos y de alto rendimiento. Su discurso fue un canto a la constancia y a la reivindicación de un movimiento que, poco a poco, conquista su lugar en la élite deportiva mundial.

Entre los asistentes destacaron figuras como Carolina Acosta, directora de Alto Rendimiento de la CONADE; Daniel Delgadillo, vicepresidente de la Federación; y la atleta Martha Lizbeth Sánchez, una de las representantes nacionales. También estuvieron presentes Pablo Abarca, embajador de Costa Rica en México, y Andrés Ramírez, coordinador de Seguridad Pública y Anticorrupción de la ONU en México, quienes reconocieron el valor simbólico de ver a México volar —literal y metafóricamente— sobre los escenarios internacionales.

El Campeonato Mundial de Artes Aéreas 2025 reunirá a competidores de distintas categorías —amateur, profesional y élite— en disciplinas como Pole Sport, Pole Art, Telas Acrobáticas, Aro Artístico y Flying Pole. Será la primera vez que Costa Rica funja como sede de este encuentro global, un escenario donde la destreza humana se eleva a la altura del arte y la precisión técnica se mezcla con la poesía del movimiento.

Con este abanderamiento, la delegación mexicana no solo lleva consigo la bandera nacional, sino la promesa de una nueva forma de entender el deporte: una que celebra la creatividad, la disciplina y el cuerpo como vehículo de expresión. En cada vuelo, en cada giro suspendido, México se reconoce a sí mismo como un país capaz de conquistar el aire.