El Tricolor Femenil Sub-17 escribió una página dorada en la historia del futbol mexicano al conquistar el tercer lugar en el Mundial celebrado en Marruecos. En un partido lleno de drama y determinación, las dirigidas por Miguel Gamero vencieron a Brasil en tanda de penales 1-3, tras empatar agónicamente en los últimos minutos del tiempo regular.
Desde el inicio, el encuentro se mostró tenso y parejo. México supo resistir los embates brasileños y, aunque las sudamericanas se adelantaron con un gol de Kaylane, el conjunto nacional nunca bajó los brazos. El empate llegó gracias a un autogol de Evelin, que devolvió la esperanza al Tricolor y envió el duelo a la tanda definitiva.
Ahí emergió la figura de Valentina Murrieta, la guardiana mexicana que atajó dos penales con reflejos felinos y temple de acero, convirtiéndose en la heroína de la tarde. Berenice Ibarra, Mia Villalpando y Fernanda Monroy marcaron sus disparos con firmeza, sellando el 1-3 que desató la euforia.
El silbatazo final no solo marcó una victoria deportiva, sino un triunfo simbólico para el futbol femenil mexicano: la confirmación de una generación que juega con pasión, carácter y fe. En Marruecos, las jóvenes mexicanas demostraron que el futuro ya comenzó.









