Entre las olas del Alto Golfo de California, un grupo de científicos y pescadores locales ha logrado lo que parecía casi imposible: observar a los esquivos ejemplares de vaquita marina, el cetáceo más amenazado del planeta. De mayo a septiembre de 2025, dos proyectos de monitoreo acústico y visual confirmaron la presencia de entre siete y diez individuos, incluyendo crías recién nacidas, ofreciendo un respiro de esperanza para esta especie endémica de México.
El ‘Crucero de Observación Vaquita Marina 2025’ y un proyecto complementario de monitoreo acústico recopilaron miles de días de datos sobre la ubicación y comportamiento de estos pequeños mamíferos marinos. Cada sonido registrado y cada silueta detectada es una pieza de un rompecabezas que revela que la vaquita no solo persiste, sino que continúa reproduciéndose, rompiendo la tendencia histórica de declive acelerado.
El primer proyecto, basado en detectores acústicos distribuidos en 497 sitios, permitió mapear con precisión las zonas donde las vaquitas han sido observadas desde 2015. Por su parte, el crucero de observación empleó métodos combinados, acústicos y visuales, apoyándose en la experiencia de científicos nacionales e internacionales, quienes identificaron crías y juveniles mediante la técnica de Elicitación de Expertos.
“Este monitoreo nos dice varias cosas: que la vaquita está ahí, que se mantiene, que incluso hay individuos que no habíamos visto durante años y que se siguen reproduciendo”, señaló Marina Robles, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental. Por su parte, Pedro Álvarez-Icaza, titular de la Conanp, destacó que por tres años consecutivos la información científica confirma la estabilidad relativa de la población y la continuidad de la reproducción.
El monitoreo visual se realizó a bordo de los barcos Seahorse y Bob Barker de Sea Shepherd, equipados con binoculares de 25 aumentos y acompañados por pescadores locales. La colaboración entre expertos y comunidades costeras fue clave para identificar patrones de movimiento y hábitats, demostrando cómo la ciencia y el conocimiento tradicional pueden unirse en la preservación de especies críticas.
Aunque la vaquita marina sigue enfrentando riesgos graves, los resultados de 2025 muestran que la especie no ha sufrido el desplome abrupto registrado años atrás. Cada encuentro acústico, cada cría detectada, es un recordatorio de que la vigilancia científica constante y la cooperación internacional pueden cambiar el rumbo de la historia natural de México.









