En tiempos donde las pantallas iluminan más que el sol de la tarde, el Congreso de San Luis Potosí decidió dar un paso histórico: aprobar reformas a la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes para enfrentar los riesgos del uso excesivo de dispositivos digitales. La iniciativa, propuesta por el diputado César Arturo Lara Rocha y respaldada por la Comisión de Niñez y Juventud, busca algo más que reglas: procura preservar la salud mental y emocional de quienes crecerán en este mundo cada vez más conectado.
El dictamen reconoce lo que ya es un secreto a voces en muchas familias: la tecnología, cuando se usa sin medida, puede abrir la puerta a la ansiedad, la depresión, el aislamiento social y a nuevas formas de adicción. La diputada Mireya Vancini Villanueva, presidenta de la comisión, lo dijo con claridad: este no es solo un asunto de dispositivos, sino de bienestar y de futuro.
Las reformas contemplan campañas de concientización para madres, padres, docentes y estudiantes; orientación sobre cómo equilibrar el tiempo frente a las pantallas; y protocolos específicos para que el uso de la tecnología deje de ser un enemigo invisible y se transforme en un aliado. No se trata de prohibir, sino de enseñar a convivir con la era digital de manera más sana.
Lo trascendente de este acto es que coloca a San Luis Potosí en un mapa de innovación social y legislativa: en un mundo donde las pantallas llegaron para quedarse, se apuesta por formar una niñez capaz de mirarlas de frente, sin perder su salud, su creatividad ni su derecho a jugar, descubrir y crecer en libertad. Al final, cuidar a las y los niños en lo digital es también cuidar el porvenir de toda la sociedad potosina.









