Bad Bunny encenderá el escenario del Super Bowl 2026

El rugido de los estadios no solo proviene de las jugadas en el emparrillado, también del instante en que la música detiene el tiempo y convierte el descanso en un ritual planetario. En 2026, ese instante tendrá un protagonista indiscutible: Bad Bunny, quien encabezará el show de medio tiempo del Super Bowl en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California, el próximo 8 de febrero.

El anuncio, realizado por la NFL, confirma lo que parecía inevitable: el ascenso del reguetón y de la cultura latina al escenario más visto de la música y el deporte mundial. Tras la huella dejada por Kendrick Lamar en 2025, el turno es ahora del puertorriqueño que convirtió sus versos en himnos y su identidad en bandera.

“No se trata solo de mí —dijo Bad Bunny con voz encendida—, es por los que vinieron antes, los que recorrieron infinitas yardas para que yo pudiera anotar este touchdown. Es para mi gente, mi cultura, nuestra historia”. Con esas palabras, el artista no solo agradeció, sino que reescribió la narrativa del Super Bowl: la música latina ya no es invitada, es anfitriona.

La NFL, a través de su directivo Jon Barker, justificó la elección con un elogio que revela la magnitud del fenómeno. “Bad Bunny representa la energía y la cultura vibrante que definen la música de hoy. Su habilidad para unir géneros, lenguajes y públicos lo convierte en una elección emocionante”. En ese reconocimiento late un hecho: el espectáculo más visto del planeta necesita de la voz de quienes mueven al mundo en las calles, las fiestas y los estadios.

Para los aficionados, el impacto va mucho más allá de un concierto televisado. La presencia de Bad Bunny en el Super Bowl es un espejo donde millones de latinos verán reflejada su lengua, sus ritmos y su orgullo. Es un acto de visibilidad cultural que, aunque se despliega en la fastuosidad del entretenimiento estadounidense, también lleva consigo un aire de justicia simbólica: el Caribe y América Latina entran al corazón del show global.

Con tres premios Grammy en su haber y un historial de giras que han marcado récords, Bad Bunny se prepara para dar el salto definitivo a la inmortalidad pop. La cita de 2026 no será solo un espectáculo musical; será la coronación de un fenómeno cultural que ya transformó la industria. Y cuando la multitud coree en Santa Clara, no solo celebrará a un artista: celebrará a una generación que convirtió su identidad en escenario.

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