Un avance científico sin precedentes promete cambiar la forma en que entendemos el cáncer. Investigadores del Clínic-IDIBAPS y del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres han desarrollado una metodología innovadora basada en la metilación del ADN que no solo identifica el origen del tumor, sino que también permite predecir su progresión clínica. Este descubrimiento abre la puerta a tratamientos más personalizados y precisos.
El estudio analizó la evolución de tumores en 2.000 pacientes con leucemias y linfomas, revelando que la metilación no solo actúa como interruptor genético, sino que también deja una firma única en la célula original que dio origen al cáncer. A medida que el tumor crece y se diversifica, esta firma cambia, ofreciendo una ventana al pasado evolutivo de la enfermedad.
Gracias a complejos modelos matemáticos, los científicos lograron reconstruir la trayectoria del tumor con una precisión nunca antes vista. El algoritmo EVOFLUx descifra estos patrones de metilación para revelar cuándo se originó el cáncer, a qué velocidad creció y cuánta diversidad celular generó, información clave para anticipar su comportamiento futuro.
Un dato curioso: lo que antes se consideraba ruido de fondo en los estudios epigenéticos, en realidad contenía la historia evolutiva del tumor. Esta reinterpretación ha transformado cómo se estudian los datos antiguos, demostrando que cada célula enferma deja una huella única que puede guiar la medicina personalizada.
La investigación también incluyó la correlación de estos hallazgos con historias clínicas anonimizadas, permitiendo relacionar el crecimiento inicial del cáncer con su agresividad futura. “Descubrimos que el crecimiento temprano del tumor determina cómo evolucionará, lo que nos permite anticipar su progresión y planear tratamientos más efectivos”, explica Trevor Graham, uno de los autores del estudio.
Con esta herramienta, la medicina personalizada da un salto significativo: no solo es posible tratar el cáncer, sino también entender su historia y prever su futuro. Este método representa un cambio de paradigma en oncología, donde la información del pasado del tumor se convierte en una guía para salvar vidas en el presente.









