Potosinas en el horizonte: estrategias sin fronteras contra la violencia de género

La Ciudad de México fue testigo de un encuentro que, aunque solemne en su formato, resuena con la fuerza de un cambio profundo: la LV Sesión Ordinaria del Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (SNPASEVM). En este espacio, la Secretaría de las Mujeres e Igualdad Sustantiva (Semujeres) de San Luis Potosí presentó el compromiso y la visión de un Estado que busca la protección de sus ciudadanas sin límites, consolidando políticas públicas que combaten la violencia con firmeza y cero tolerancia. La sesión se erige como un recordatorio de que la defensa de las mujeres es un proceso activo y estratégico, tejido con programas claros y objetivos tangibles.

Entre las iniciativas que marcaron la pauta, se destacó la Cartilla de Derechos de las Mujeres, un documento que no solo informa, sino que empodera, recordando a cada potosina que la justicia y la equidad no son meros ideales, sino derechos tangibles. Junto a ella, el Programa de Atención Integral para el Bienestar de las Mujeres (PAIBIM) busca acompañar de manera holística a quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad, integrando atención psicológica, jurídica y social en un solo modelo de soporte.

Los Centros LIBRE, Tejedoras de la Patria y Abogadas de las Mujeres, nombres que evocan fortaleza y resiliencia, se presentan como faros de apoyo, asesoría y refugio. Cada programa, cada espacio, actúa como un hilo en la trama que protege a las mujeres, reforzando las Alertas de Violencia de Género y conectando a quienes lo necesitan con redes de ayuda inmediata. En este ecosistema de protección, la Línea 079, opción 1, se erige como un canal directo, un puente que escucha y actúa cuando la urgencia no admite demora.

Un dato curioso que acompaña esta narrativa: en México, la idea de “refugio para mujeres” tiene raíces en movimientos feministas de los años ochenta, cuando los primeros centros comunitarios comenzaron a ofrecer protección en medio de un país que apenas empezaba a reconocer la violencia doméstica como un problema social de gravedad. Hoy, los programas como LIBRE y PAIBIM son herederos de esa historia, mostrando cómo la sociedad y el Estado han aprendido a convertir la resistencia en acción organizada y tangible.

El mensaje que emerge de esta sesión no es solo institucional; es profundamente humano. Habla de un compromiso que trasciende documentos y políticas, de la urgencia de construir un país en el que ninguna mujer se sienta desprotegida. Desde San Luis Potosí, el eco de estas estrategias resuena, invitando a toda la ciudadanía a ser parte de una red de cuidado, justicia y equidad que no admite pausas, ni silencios. En cada acción, en cada línea de atención, se dibuja un futuro donde la violencia contra las mujeres no es una estadística, sino un desafío colectivo que exige respuesta inmediata.

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