En un escenario global dominado por mentes brillantes de todo el mundo, México alcanzó un triunfo significativo en la 66ª Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO), celebrada en Australia. El equipo nacional logró seis medallas —dos de plata y cuatro de bronce— y se posicionó como segundo lugar a nivel iberoamericano, un reconocimiento que refleja años de esfuerzo, dedicación y pasión por las ciencias exactas.
Los medallistas de plata fueron Takumi Higashida Martínez, de Ciudad de México, y Emmanuel Buenrostro Briseño, de Jalisco, quienes destacaron entre 630 jóvenes talentos provenientes de más de cien países. Completaron el podio nacional Héctor Juan Villareal Corona, Javier Caram Quirós y Mateo Iván Latapí, todos de la capital, además de Iker Torres Terrazas, representante de Chihuahua, quienes se hicieron merecedores de medallas de bronce.
Esta destacada participación coloca a México en el lugar 31 del medallero general, solo por detrás de potencias mundiales como China, Estados Unidos, Corea y Japón. En el ámbito iberoamericano, el equipo nacional solo fue superado por Perú, confirmando así su crecimiento y solidez en competencias matemáticas internacionales.
El equipo mexicano estuvo acompañado por un cuerpo técnico conformado por los profesores Luis Eduardo García Hernández, Kevin William Beuchot Castellanos y Rogelio Guerrero Reyes, quienes no solo guiaron a los jóvenes, sino que también participaron en la evaluación y validación de los exámenes con el jurado internacional, asegurando la transparencia y el rigor en el proceso.
Detrás de este éxito está la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM), organización que desde hace 38 años trabaja con voluntarios apasionados por fomentar el amor por las matemáticas en estudiantes desde primaria hasta bachillerato. Este 2025 también marca el vigésimo aniversario de la edición que México organizó en Mérida, Yucatán, un hito que fortaleció la presencia del país en el mapa mundial de las matemáticas.
Guadalupe Russell, presidenta de la OMM y académica destacada, resaltó la importancia de iniciativas recientes como el Concurso Nacional Femenil, que busca equilibrar la representación de género y promover espacios seguros para niñas y jóvenes en el mundo matemático. No obstante, reconoció que el principal desafío sigue siendo asegurar recursos sostenibles para continuar apoyando a cientos de talentos emergentes.
Más allá de las medallas, la participación de México en la IMO 2025 es un testimonio vivo del poder transformador de la educación y el compromiso colectivo por formar mentes capaces de enfrentar los retos del futuro con inteligencia, creatividad y orgullo nacional









