La presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunciaron el arranque oficial de los primeros quince Polos de Desarrollo para el Bienestar, una de las principales apuestas económicas del nuevo sexenio. Lejos de tratarse únicamente de parques industriales, los polos buscan articular inversión, infraestructura social y empleos en regiones del país históricamente marginadas.
Cada polo se construirá como un ecosistema integral donde conviven la industria —con énfasis en sectores como el aeroespacial, electrónico y agroindustrial—, servicios públicos esenciales, vivienda digna y espacios educativos. “No queremos que la gente tenga que irse de sus comunidades para conseguir empleo. Queremos que el desarrollo llegue hasta donde está la gente”, declaró Sheinbaum durante el anuncio.
Marcelo Ebrard detalló que este plan incluye incentivos fiscales para empresas, como deducciones del 100 % en activos nuevos y 25 % adicionales si invierten en innovación o capacitación laboral. A mediano plazo, el Gobierno espera la generación de cerca de 300 mil empleos directos, una aportación al PIB nacional del 1.5 % y un impulso real a las cadenas productivas locales.
Los quince primeros polos estarán ubicados estratégicamente en catorce estados del país, desde Ciudad Juárez hasta Tuxpan y Nezahualcóyotl. Se trata de territorios con potencial económico, pero rezagados en infraestructura. Las autoridades firmaron cartas de intención con los gobiernos estatales y anunciaron que en agosto comenzarán los procesos de licitación.
El planteamiento rompe con décadas de concentración económica en las mismas zonas. Aquí no se habla solo de crecimiento, sino de una redistribución territorial más equitativa. Se trata, en palabras de Sheinbaum, de un “reordenamiento del desarrollo nacional”. Y aunque el éxito dependerá de la ejecución, el plan ya marca una diferencia: apostar por un país menos centralizado y más justo.









