Hay momentos en los que la academia se alinea con la tecnología para dar paso a avances que no solo impresionan por su ingenio, sino que mejoran directamente la vida de las personas. Así lo demostraron José David Torres Fraga y Adrián Omar López Rubio, estudiantes de la Maestría en Endodoncia de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), quienes conquistaron el primer y tercer lugar, respectivamente, en la LIII edición del Congreso Nacional de Endodoncia 2025, organizado por la Asociación Mexicana de Endodoncia (AMECEE). Detrás del reconocimiento, hay más que diplomas: hay ciencia aplicada, compromiso clínico y una notable capacidad de colaboración interdisciplinaria.
El primer lugar fue otorgado a un proyecto que, sin exagerar, podría cambiar la forma de diagnosticar la vitalidad pulpar: una adaptación de oxímetro de pulso para uso odontológico, en colaboración con ingenieros mecatrónicos de la Unidad Académica Multidisciplinaria Región Altiplano. Este dispositivo, que reemplaza la incómoda prueba de frío en los dientes, permite medir la saturación de oxígeno en los tejidos dentales de forma no invasiva y sin dolor. Una pequeña revolución que pone al paciente —y su bienestar— en el centro del tratamiento.
El tercer lugar, por su parte, celebró el potencial del láser Gemini en la limpieza y desinfección de conductos radiculares. Un rayo de luz, literalmente, que podría reducir los tiempos de tratamiento, mejorar la eficacia clínica y ofrecer una experiencia más amable para quienes temen sentarse en el sillón del dentista. Ambos trabajos fueron guiados por el doctor Fernando Torres Méndez y contaron con la asesoría de la doctora Claudia Edith Dávila Pérez, evidenciando un modelo académico que apuesta por la innovación con fundamento científico.
La participación de la UASLP no fue menor: de nueve proyectos presentados por sus estudiantes, cinco fueron seleccionados como finalistas, y dos se alzaron entre los tres mejores del país. Estos logros no solo validan la calidad de su programa de posgrado en Endodoncia, sino que confirman el valor de un enfoque multidisciplinario en la resolución de problemas clínicos reales. Lo que antes era ciencia ficción —como medir el oxígeno dentro de un diente— hoy es tesis premiada, y mañana será práctica común.








