En el vasto vacío del espacio, donde las condiciones extremas desafían todo lo conocido, incluso las ruedas de los vehículos espaciales deben adaptarse a un entorno que es tan diferente del que conocemos en la Tierra. Los neumáticos del espacio, un componente esencial en las misiones de exploración, no son simplemente versiones de los neumáticos convencionales que vemos en nuestros autos. Estos neumáticos especiales fueron diseñados para soportar las inclemencias del espacio, desde temperaturas extremas hasta la falta de atmósfera. Pero, ¿quién los hizo? ¿Cómo funcionan en un lugar sin aire? ¿Y son aplicables en cualquier planeta?
La historia de los neumáticos espaciales comienza con la NASA, que en su incansable búsqueda por hacer frente a los desafíos del espacio, ha trabajado con diferentes tecnologías innovadoras. En lugar de usar neumáticos tradicionales inflados con aire, que no podrían funcionar en el vacío del espacio, la NASA desarrolló un tipo especial de neumático para las rovers y otras misiones espaciales. Estos neumáticos no están llenos de aire, sino que utilizan una estructura única de materiales como aleaciones metálicas, goma especial y tejidos de alta resistencia para proporcionar durabilidad y flexibilidad sin necesidad de presiones internas.
Lo curioso de estos neumáticos es que su diseño se ha centrado en la capacidad de funcionar en diversas superficies planetarias, desde el polvo lunar hasta los terrenos más ásperos de Marte. Sin embargo, su funcionamiento depende de la atmósfera y las condiciones específicas de cada planeta. Por ejemplo, los neumáticos de las rovers como el Curiosity y Perseverance son de una aleación especial que, al ser extremadamente duradera y resistente a las altas temperaturas, puede soportar las tensiones mecánicas que sufren durante la exploración del terreno rocoso y polvoriento de Marte. A diferencia de los neumáticos tradicionales, estos no necesitan ser inflados y su material está diseñado para no desinflarse o colapsar en un ambiente de baja presión.
En cuanto a los materiales, los neumáticos espaciales no solo están hechos de caucho o metal. Estos están compuestos por una mezcla avanzada de compuestos, incluyendo materiales como los fibres de carbono y aleaciones de titanio que permiten un alto rendimiento a temperaturas extremas, resistencia a la abrasión y capacidad para adaptarse a la despresurización. Los neumáticos también pueden incluir fibras de silicona para hacerlos más resistentes al calor y a las radiaciones solares. Estos materiales están en constante evolución desde las primeras misiones espaciales en los años 60, cuando la NASA comenzó a experimentar con tecnologías que permitieran la movilidad de sus vehículos de exploración.
El desafío de crear neumáticos para el espacio radica en la complejidad de las condiciones a las que están expuestos. Mientras que en la Tierra las ruedas pueden simplemente girar sobre el suelo gracias a la fricción, en el espacio no solo deben resistir la gravedad cero o la gravedad débil, sino también adaptarse a superficies extremadamente irregulares, sin perder nunca su capacidad de desplazamiento. Los neumáticos que se utilizan hoy en día en las rovers de la NASA están diseñados para soportar la abrasión constante de las rocas y el polvo, mientras se mantienen funcionales sin desgastarse rápidamente, una de las principales preocupaciones de las primeras misiones espaciales.
En términos de funcionamiento en otros planetas, los neumáticos de las rovers, por ejemplo, están diseñados para adaptarse a diversas superficies. En la Luna, los neumáticos deben soportar una capa de polvo fino y pegajoso, mientras que en Marte enfrentan condiciones de gravedad diferente, temperaturas bajo cero y una atmósfera extremadamente fina. Por ello, la NASA ha probado diferentes tipos de materiales en distintas condiciones, asegurándose de que sus vehículos puedan desplazarse sin importar las particularidades del terreno y sin la necesidad de sistemas de aire, ya que las presiones atmosféricas son tan bajas que inflar neumáticos no sería viable.
Curiosidades
Los neumáticos de las rovers como Curiosity y Perseverance están fabricados con una aleación que no solo es resistente a las abrasiones y temperaturas extremas, sino que también deben ser capaces de soportar el impacto de las rocas marcianas y las vibraciones constantes. En su diseño, se han incluido patrones especiales de tracción para garantizar que el vehículo pueda moverse sin importar lo resbaladizo o accidentado que sea el terreno.