ABB y el pulso industrial de México

En el calendario de la inversión extranjera, hay cifras que no solo se anotan, se recuerdan. La empresa suiza ABB México anunció una inversión histórica de dos mil trescientos millones de dólares durante dos mil veinticinco, coincidiendo con sus siete décadas de presencia en el país. No se trata de un gesto simbólico ni de una apuesta pasajera, sino de una declaración de permanencia: México sigue siendo territorio fértil para la industria que piensa en largo plazo.

ABB, referente mundial en electrificación y automatización, decidió expandir su huella productiva con una estrategia territorial clara. San Luis Potosí vio crecer su campo de producción; Nuevo León sumó un nuevo centro regional en San Pedro Garza García; y Yucatán amplió su centro tecnológico en Mérida. Tres geografías distintas, un mismo hilo conductor: fortalecer la capacidad industrial del país y articularlo con cadenas globales de valor.

La inversión no quedó en concreto y acero. Dejó también empleo y conocimiento. Trescientas cincuenta nuevas plazas laborales se incorporaron al mapa productivo nacional, reforzando la vocación de ABB como formadora de talento especializado. En un mundo donde la automatización avanza con paso firme, la compañía apostó por combinar tecnología de punta con capital humano local.

Desde la Cámara Suiza, Karina Lerma subrayó que ABB encarna el espíritu de la inversión helvética en México: compromiso, innovación y sostenibilidad, valores que suelen agruparse bajo el concepto de swissness. No es menor que la empresa haya sido reconocida como una de las mejores para becarios en el país, una señal de que el desarrollo industrial también puede —y debe— tener rostro formativo y comunitario.

Con ocho plantas operando y más de setenta años de historia en México, ABB ha pasado de ser una empresa extranjera a convertirse en un actor estructural del aparato productivo nacional. Su inversión de dos mil veinticinco no solo celebra un aniversario; confirma que, en tiempos de incertidumbre global, hay industrias que siguen apostando por México como un socio estratégico para el futuro.

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