A veces el bienestar se mide en gestos mínimos. Una sonrisa sana, por ejemplo, puede decir más sobre la calidad de vida de una comunidad que muchas estadísticas. Con esa premisa, los Servicios de Salud de San Luis Potosí reinstalaron el Comité Estatal de Salud Bucal, un órgano que busca coordinar esfuerzos para prevenir enfermedades, fortalecer la educación temprana y devolverle a la salud oral el lugar que durante años ocupó en silencio dentro de la agenda pública.
La reinstalación del Comité no es un acto simbólico, sino una estrategia que articula prevención, normatividad y acción comunitaria. Desde las escuelas hasta las jornadas de salud pública, el énfasis está puesto en formar hábitos, aplicar flúor y construir una cultura del cuidado bucal que no dependa únicamente de la atención curativa, sino de la educación cotidiana y el acompañamiento institucional.
Uno de los pilares de este esfuerzo es la atención a quienes no cuentan con seguridad social. A través de la colaboración con escuelas de odontología públicas y privadas, se ofrecen servicios gratuitos y se promueve la participación estudiantil en comunidades, donde el aprendizaje académico se cruza con la vocación social. De ese trabajo surgen también las certificaciones de Escuelas Libres de Caries, pequeñas victorias que se reflejan en el aula y en el hogar.
La política de salud bucal se proyecta con continuidad. Para el próximo año, se mantendrán acciones como limpiezas dentales, obturaciones, resinas, extracciones y detección de placa dentobacteriana, además de la aplicación de flúor y la orientación sobre técnicas adecuadas de cepillado y uso de hilo dental. Estas prácticas se desplegarán en unidades de salud, ferias comunitarias y centros educativos, donde la prevención se vuelve cercana y comprensible.
En el fondo, la reinstalación del Comité recuerda una verdad antigua y vigente: cuidar la boca es cuidar el cuerpo entero. Cuando la salud pública se ocupa de lo aparentemente pequeño, termina por transformar lo esencial. En San Luis Potosí, esa convicción vuelve a tomar forma, diente por diente, sonrisa por sonrisa.








