8M y 20M “Un sentimiento de libertad y felicidad que nos une”

Marzo es un mes conmemorativo y emotivo.

Específicamente en marzo esperamos los días 8 y 21, porque son consideradas las fechas más relevantes, pero sucede que entre estas hay una particularmente especial y que debiera ser reconocida con todos los honores: el 20 de marzo, “Día Internacional de la Felicidad”.

Desde el 20 de marzo de 2013, la Asamblea de las Naciones Unidas, estableció la jornada del “Día Internacional de la Felicidad”. En su poema “Autorretrato”, la reconocida escritora Rosario Alicia Castellanos Figueroa, una de las máximas figuras del feminismo en México, plasmó “Sería feliz si yo supiera cómo”, utilizando la ironía para cuestionar un mundo que muchos ven como normal, pues habitualmente, no nos enseñan a ser felices.

En estos días se reflexionó sobre el contexto histórico y la lucha social reivindicatoria que representa el feminismo, es por lo que podemos decir que la felicidad es una emancipación a la desigualdad, un sentimiento de libertad que nos une a la deuda histórica que nos han arrebatado los espacios tangibles e intangibles.

Si bien es cierto la felicidad y la libertad no son sinónimos, ambos son multifacéticos y subjetivos; quizá ni los más grandes filósofos se han atrevido a dar un único concepto; por ello, podemos decir que tanto la libertad como la felicidad, no se tendrían que merecer, se tienen que vivir.

La ONU reconoce en este día la importancia de la felicidad y el bienestar como una aspiración universal de los seres humanos; por lo que, el Estado tiene la enorme responsabilidad de crear las condiciones necesarias para que las personas puedan alcanzar la felicidad y así tengan la oportunidad de perseguir sus objetivos. Hoy la búsqueda de la felicidad debe ser considerada como una directriz rectora de las políticas públicas.

Según el Informe mundial sobre la felicidad 2024, publicado por el reporte mundial de felicidad “World Happiness Report” (WER), México se encuentra en el ranking número 25 de los países más felices en el mundo y mejor posicionado dentro los países en Latinoamérica.

La felicidad individual de los Mexicanos aparentemente no ha sido motivo de preocupación entre quienes han gobernado este país, que olvidaron lo que José María Morelos y Pavón, inspiró en el “Decreto constitucional para la libertad de la América mexicana, sancionado en Apatzingán a 22 de octubre de 1814”, mejor conocido como la “Constitución de Apatzingán 1814”, particularmente en su artículo 24, que establece que “La felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos, consiste en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad. La integra conservación de estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos y el único fin de las asociaciones políticas”; que, por cierto, dicho soberano texto nunca fue aplicado.

Tal vez ya es tiempo de que la felicidad de cada uno de los que conformamos el pueblo mexicano, sea uno de los objetivos de los gobiernos; ya que otros gobernantes lo han hecho, como en el código legal del Reino de Bután datado en 1729, señalando que “si el gobierno no puede crear felicidad para su pueblo, no existe propósito para que exista el gobierno”.

Por su parte el Estado Mexicano, mediante el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ofrece datos sobre el bienestar subjetivo en el país, a partir de indicadores de bienestar reportados por la población adulta que reside en el ámbito urbano; dicha medición se basa en la valoración que otorgan las personas a tres aspectos de su bienestar; uno, balance anímico, que explora la prevalencia de estados de ánimo, tanto positivos como negativos, durante el día anterior a la entrevista; dos, satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma y tres, eudemonía o bienestar espiritual, que se observa en el acuerdo que muestran las personas con enunciados que denotan fortaleza y sentido de vida.

Ahora bien, ¿Vivimos en un Estado que nos provee las herramientas para garantizar nuestro bienestar y que reconozca la felicidad como un derecho humano?; considero que faltan muchas luchas sociales que ganar, derechos que garantizar; sin embargo, aún y con la adversidad todas y todos tenemos el derecho a ser feliz.

Que todas y todos alcancemos la felicidad deseada.

Con agradecimiento a JM

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